lunes, noviembre 27, 2017

Una carta al amor

Entre murmullos compañeros he mencionado que el querer es distinto a desear, puesto que este último no es más que una pulsión de acercamiento a lo que nos pareció arrebatado, no a una persona, sino a las posibilidades. Por otro lado, el querer es racional, se quiere siempre con los pies bien puestos sobre la tierra, se quiere cuando conoces, cuando te anticipas y ves las posibilidades. Detrás de querer no sólo hay deseo, un impulso gallardo que te lleva a tomar lo que te extirparon hasta la miseria, sino que hay conocimiento de cómo alcanzarlo, es decir, hay mucha responsabilidad existencial detrás de querer. Y aquella responsabilidad existencial encuentra su propósito en lo álgido de la libertad. Entonces, ¿por qué hablar de "amor" si "querer" es lucha?, porque el amor es la utopía, porque el amor es el poder de todos. 

Y hoy te escribo amor reconociendo la miseria del mundo, cobarde y confundida, amodorrada de la rutina y capitales. Te pronuncio mis palabras desde la comodidad de mi posición semi-aburguesada mientras que a la distancia veo el castigo de los que no pecan, de los que nacieron en el barro y fueron rescatados con el balde que tuvieron que usar para trabajar. Te hablo de mi comodidad semi-aburguesada, malcriada y que piensa que encontró libertad en una profesión, pero heme acá, con las uñas limpias. Hablo de suerte de mi posición, de la posición de los que me antecedieron, porque con esfuerzo tengo más que migajas; hablo de suerte de mi posición social, porque tengo miedo a arriesgarlo todo. ¿Qué libertad he obtenido más que un tanto de suerte? 

¿Y qué es la libertad? Si el tirano tiene una mano igual a la tuya, manos que entran a bolsillos llenos, mientras que las de otros se llenan de llagas. Libertad es ante el tirano, ante la mano que jamás fue amiga y que pide deshonestamente tu perdón en papeletas y carnavales. Libertad, amiga mía, es tener la posibilidad de ser en potencia, el trabajo cooperativo, yo siendo el impulso significativo que te sube a mis hombros para que veas más que antes, para que veas detrás de los muros que instalaron los tiranos. Y te arrojo palabras que siguen enajenadas, porque no conozco amor, porque no conozco utopías completas, sino pequeñas victorias, pequeñas victorias que se llaman tú y yo. Te llamo amor, porque encontré el nido de las aves que están dispuesta al vuelo, porque no me he perdido en la suerte, porque me he encontrado en las razones. 

He encontrado las razones en el deseo, en el deseo que surge de la miseria que ofende, porque la ofensa es la reducción de tu dignidad, es usar lo que tienen para empobrecerte, aislarte y arrebatarte hasta la fe. La ofensa surge de la contraposición política, porque la ofensa es una agresión, la acción contraria de mi derecho, la acción contraria de la ley que escribimos con esfuerzo en la historia: Nuestro derecho. ¿Pero sabes, amor?, soy mujer y mi historia es distinta al deseo de libertad de otros, otros que olvidan que también fuimos historia. 

lunes, octubre 30, 2017

Requisitos actuales

La percepción que tengo actualmente sobre la política es diferente a la que se podría apreciar hace unos años, a pesar que ya se había instalado ciertos principios para que estos sucediera. Para ser más clara, quiero hablar sobre cómo lo personal se ha transformado en un requisito político, porque, si bien este slogan se rescata desde el inicio del feminismo radical, no es hasta ahora que es posible apreciar que existe una discusión moral detrás de una posición política. Era consabido que el viejo senador o diputado tenía gustos peculiares con prostitutas, o abusaba de su familia en diversas formas, pero ahora ese tabú es transparentado y no sólo eso, tu moral se vuelve un requisito en tu participación política. Esto indica que hay que dirigir la participación política a este nuevo requisito, el cual solventa el capital social dentro de cada organización y que posteriormente puede llegar a la consolidación de un poder social. 
 

jueves, octubre 26, 2017

La mecha corta

Díganme mecha corta porque no callo por largo tiempo aquello que quema, porque no estoy dispuesta al silencio, porque no estoy dispuesta a los malos tratos. Diganme mecha corta porque prefiero libertad en vez de padecer, explotar en vez de ser lanzada al agua para jamás servir. Prefiero no dar el tiempo a una reacción para que así pueda reconocer las causas, porque es seguro que no se escondan y vuelvan pensando que no he funcionado. Prefiero las ansias del ahora,  prefiero la acción inmediata, prefiero explotar en la mano de quien enciende el problema. No, no vuelvo intacta después del fuego, soy y me disperso, me entrego con fuerza a un recuerdo, me entrego para decir "jamás".

viernes, octubre 13, 2017

Temor de Dios

Cuando el mundo me rodeó con su inmensa sombra, supe que ese momento no era para temer de Dios, sino para alumbrar con mi bandera. Solo la oscuridad podía ser extensa, tan grande, que nos pensáramos a nosotros mismos como incapaces de medirla, de comprender su tamaño, pero fue justamente por eso que me desafié al aprendizaje, no así a la enseñanza, porque la enseñanza era mi tumba y el aprendizaje las alas. Y así de sencillo, era yo la que se paraba desafiante ante algo y así jamás caí, porque la certeza se volvió lo que era, un lugar y nada más, un acierto o un error. Así nada más, me sostuve ante ti para desafiarte con lo que yo iba aprender, tomando el riesgo de seguirte.

martes, octubre 10, 2017

Un breve ensayo sobre feminismo

El principal propósito de éste documento es la revalorización de la historicidad de la lucha feminista, considerando contradicciones discursivas y metodológicas en el movimiento. Para ello sólo consideraré 4 contradicciones:
1) "Determinación biológica del dominante"
2) "El argumento binomio se vuelve el principal enemigo"
3) "Arbitrariedad punitiva"
4) "Paternalismo"

Determinación biológica del dominante.

Simone de Beauvoir arranca en su libro más reconocido, El Segundo Sexo, con la premisa que existe una construcción cultural de poder que se basa en el binomio sexual, es decir, se determina biológicamente prácticas que son culturales. Esto indica que en torno al sexo se edifica una estructura de dominación, que invalida culturalmente a un sexo, pero que es ejercida socialmente. Aquí da cuenta que existe un privilegio cultural (o poder cultural), que consta en subordinación de la subjetividad de un sujeto, el cual es construido con roles y condiciones materiales. Por lo tanto, acá ella nos indica que hay que poner en cuestión la dotación de poder cultural, es decir, en la construcción de roles que determinan el género privilegiado y subordinado (el valor). 

Sin embargo, en la práctica punitivista, la masculinidad es el hombre, no así los roles entregados. Si se sigue determinando biológicamente el rol, damos por sentado que el feminismo fue un movimiento que nació muerto, porque sólo por la transformación de sexo se podría destruir el patriarcado. La razón de decir que "la masculinidad es el hombre" es cuando se da por sentado que el hombre adquirirá su rol y siempre ejercerá su potestad: "El hombre es privilegiado". La masculinidad también se construye. Este hecho viene a cuestionar sloganes de separatistas y liberales, que levantan la bandera del "lesbianizate". 

El argumento binomio se vuelve el principal enemigo. 

Para este caso recurriré al ejemplo que vengo analizando hace un tiempo, donde he discutido si el "Stealthing" puede ser considerado violencia de género o violencia sexual. Lo primero que hice para poder analizar las partes fue aseverar: la condición "receptiva" o femenina es subordinada ante la condición "penetrante", situación que se reitera en la masculinidad y feminidad de homosexuales. Hasta el momento iba todo bien, hasta que percibí que grupos que sostienen como bandera de lucha la abolición del binomio de género, aseverando que no existe un sentir o una esencia femenina ni masculina inherente al sexo, obviando la construcción histórica y cultural de ese poder. Hay que reconocer dos cosas de ese postulado: valida que el género es una construcción cultural, pero obvia que la lucha es en torno a esa razón. El problema no es el rol, sino el privilegio que hace que resurja la nomenclatura e incluso para ser utilizada instrumentalmente para el análisis. 

Si nos basamos en planteamientos de dominación cultural o simbólica explicitadas por Pierre Bourdieu, el sentido y el significado de una práctica es producto de la relación, donde la dotación de un capital es el que hace la diferencia. En este caso, "la penetración" es la cualidad o condición dominante porque es la potestad de poder, y la "recepción" es la cualidad subordinada. Si se tiene esta condición es dominación, empero la "recepción" sí tiene una condición de poder ¿ésta no estaría ejerciendo un poder ante la "penetración"? Caso donde el control de natalidad lo sostiene la mujer (píldora anticonceptiva). ¿Existe un privilegio producto del patriarcado?  En ese sentido, la condición "receptora" y "penetrante" solo tienen sentido en la práctica y no están dotado sui generis. Lo que vuelve a postular que el problema es el privilegio de una construcción cultural, no así la nomenclatura femenino y masculino, siendo estos últimos la expresión del privilegio (que en términos materialistas, sería la propiedad de los medios culturales). 

Arbitrariedad punitiva 

Llamo "arbitrariedad punitiva" a todo aquel caso que sea producto del apogeo de una de las posturas feministas durante ciertos periodos, las cuales han llegado a contradecirse históricamente. Hace años atrás, en especial en mi universidad, vi el apogeo del "pornoterrorismo", ya que llamaba a la mujer a conocer su cuerpo y la sexualidad: si contradecías eras machista y sometías a la mujer a su virginidad, siendo objeto de deseo, pero incapaz de descubrirse a sí misma. Este año, con el apogeo radical y separatista, el porno es nuevamente aniquilado, ya que demuestra que tiene relación con las prácticas de dominación sexual, que son naturalizadas: si contradices, eres machista y estás a favor de la explotación de la mujer. En ese sentido, vemos una contradicción en lo que se puede entender por libertad y una disputa entre feminismo liberal v/s radical. Cuando el principal problema es la definición de libertad, es necesario comprender cual la condición de dominación. Aquí ninguna de las dos posturas ha defendido cual es la condición, pero si el castigo y la denuncia. 

Si sigo la línea que vengo a defender en este ensayo, la libertad es en torno a la propiedad del privilegio, es decir, la propiedad del valor y su administración. En otras palabras, la libertad consta en la socialización del acuerdo, considerando la potencialidad de los valores y su práctica. Por lo tanto, la subordinación de la mujer en la libertad sexual, se situaría en la capacidad de descubrimiento de su intimidad y sexualidad, por lo que el movimiento no debería sostenerse en la manifestación sexual como libertad, ni en en la abolición de la expresión sexual socializada, sino en cómo se lleva a cabo ese conocimiento. Acá rescato una postura muy válida del movimiento radical, donde la industria del porno sí genera explotación, pero que el problema es el cómo se socializa y cómo se subordina a la mujer en el porno industrializado. (Se considera la clase dentro de la administración).

Paternalismo

Bueno, acá no es algo nuevo lo que puedo decir, puesto que Camille Paglia lo ha dicho con mayor claridad: el movimiento feminista no puede ser paternalista. El paternalismo o el "locus in parentis" (en lugar de los padres), fue parte del movimiento que ella fue parte, donde se quería obtener las mismas reglas entre institutos divididos por sexo. Ahora lo que vemos es que se busca que la institución, la cual es marcada por lógicas patriarcales, sea la responsable de acoger y suministrar la representación femenina en un porcentaje. En ese sentido, se está apostando por un exceso de protección femenina, que en algunos casos ha llegado a contradecir la igualdad de condiciones que se ha buscado históricamente: Si la mujer denuncia no debe existir investigación, ya que por estructura ella dice la verdad. Es decir, la institución debe proteger y no socializar las condiciones. ¿Estamos subordinando a la mujer por incapacidad de defensa estructural? ¿La mujer no es responsable de su militancia feminista? 

Ante esas dos preguntas llevo a un caso, cuando criticas a una construcción cultural de mujer y una práctica, por ejemplo, una madre que ejerce violencia a su hijo. Al cuestionar un rol femenino y decir "mala madre", ante discursos públicos te vuelve inmediatamente machista, puesto que atenta contra una cuestión femenina ante la cual tiene protección social. Otro caso fue la visibilización de machismo entre lesbianas, donde quien ejerce el poder masculino o un grupo lo define como masculino, esta tiene su protección: No se otorga responsabilidad de ejercicio de privilegios e inclusive cuando se trata de pares, porque nuevamente no se define qué es lo que genera el poder cultural. 

Conclusión

Para poder cerrar, quisiera explicar por qué hablo inicialmente de "feminismo histórico", principalmente acuño esta frase debido a que el privilegio es producto de la dotación de capitales culturales, simbólicos y económicos, que han mutado a lo largo de la historia y por "campos sociales" (si bien adoro la postura de Bourdieu, desprecio este concepto, pero sirve como categoría de análisis). La historia ha marcado diferentes formas de relacionarse en el espacio social, por lo que la dotación o incorporación de estos, en primer lugar deben ser socializados como parte de una responsabilidad política (sí, me pongo existencialista en este aspecto). Por ende, la destrucción del patriarcado depende de la destrucción del privilegio, por medio de la socialización, la cual consta en entregar el mismo valor al rol y administrar su ejercicio como necesidad social, no como rol atributado al sexo. Es de esta manera, que la lucha feminista es histórica y constante, la cual recrea una nueva forma de administración. 

Referencias 
(como esto no es para la U lo ordenaré como a mí se me antoje jajaja) 
Bourdieu, meditaciones pascaliana
Simone de Beauvoir, el segundo sexo
Camille Paglia, https://www.youtube.com/watch?v=LOu3PJNWpaU
Noticia de stealrhing http://www.cooperativa.cl/noticias/sociedad/sexualidad/stealthing-advierten-peligrosa-practica-sexual-que-ya-califican-como/2017-04-27/110026.html
Pornoterrorismo https://www.youtube.com/watch?v=gQEh7GvF4gs
Documental sobre la industria del porno https://www.youtube.com/watch?v=qTkEIGsNXu4 
Y Rita Segato en sus postulaciones antipunitivistas 
(y que tanto si soy rupturista de las bibliografías) 





sábado, octubre 07, 2017

Conflicto

Te vi día a día postrada en la cama, a veces te levantabas para planchar la ropa y otras veces no. A veces te levantabas para forzarnos a tomar leche antes de ir al colegio, mientras que nosotras te decíamos que no la tolerábamos porque nos sentíamos mal. Te vi día a día postrada en la cama, con el televisor encendido hasta que las transmisiones se terminaran, incluso cuando al día siguiente nosotras debíamos estar levantadas a primera hora. Te vi fingiendo cuando llegaban visitas, mientras que nosotras vimos lo que era tener una madre que no te ve, aunque lloraras a su lado. Te vi yendo a un par de reuniones de apoderados y llenando cuestionarios sobre tus hijas, donde nada de eso éramos. Te vi fantaseando mientras que no nos mirabas ni por un segundo, así fueron más de 20 años, así fue casi toda la vida a tu lado. 
Me obligaron a amarte, me obligaron a amar cuando todo lo que veía era abandono. Aún te amo y ahora yo también estoy enferma, aún te amo y te comprendo, pero verte me lastima. A veces te odio, a veces no mereces nada de lo que tengo, a veces no mereces la fuerza que tengo para amarte: pero te amo. Te amo y todo en mi entorno se enfermó, todas mis oportunidades se quebraron, ya no soy nada y quise ser nada. Y yo, sin posibilidades... y tu, sin saber cuánto daño sigues haciéndome. Tu locura, tu delirio... yo soy tu hija. 

martes, octubre 03, 2017

Revisé su página

Revisé mis amigos en facebook y miré detenidamente a todos aquellos que he mantenido algún tipo de encuentro afectivo, pero no sentía nada, simpatía y cariño, pero nada más de eso. Recordé a una persona que me pegó la patada en la raja y nunca entendí tan bien por qué, pero lo hizo. Entonces revisé su página y me largué a reír... no, no era porque estaba cambiado o algo así, si no que al fin comprendí por qué me odiaba, porque yo era igual que él. Bueno, creo que la gran diferencia es que no dejo mi facebook con publicaciones públicas. Eran meses y meses diciendo las mismas pelotudeces, poniendo las mismas canciones, como si estuviéramos conectados.

Nos conocimos, decíamos las mismas cosas, estábamos igual de traumados y teníamos el mismo rechazo de salir con alguien... así que salimos negando que era así: teniendo una cita, pero que no era una cita; quedándome a dormir en su casa, pero sin dormir juntos; conversando hasta las tantas de la noche, pero sin un beso final. Tuvimos la cita perfecta, pero no era una cita. Y después, cuando me atreví a acercarme, me dice que no le agrado. Es penca verse al espejo de esa manera al parecer. Es el chiste absurdo que más me ha hecho reír. TTY

miércoles, septiembre 27, 2017

Mi breve historia con el feminismo

Hasta el año 2014, mi historia con el movimiento feminista fue la misma, veía a pocas compañeras de Universidad asistir a marchas en Concepción, hablar sobre la píldora del día después y yo no entendía nada, sólo consideraba que esas causas eran necesarias, nada más. Recién el año 2014 comencé a ver más campañas feministas, aludiendo más que nada a la libertad sexual y a toda la postura más de deconstrucción propia de la tercera ola, por lo que yo aún seguía sin entender (¿cómo que el dildo es una muestra de la sexualidad? ¿qué es eso del pronoterrorismo? ¿qué es eso de liberar el ano? ¿"el lenguaje crea realidades", pero eso tiene que ver con el significado o el significante (cuerpa)?). Sí, para mi feminismo no era la palabra adecuada, porque desconocía completamente la trayectoria de la lucha de la mujer, desconocía la lucha porque tampoco era consciente para mí, ya que hasta ese momento era increíblemente machista. Veía que amigas o compañeras alzaban slogan, cosas que cuestionaba en su efectividad y originalidad de reflexión, ya que en primera instancia me parecían reflexiones dogmáticas. Me costó comprender qué era el privilegio y el patriarcado, no fue sencillo... y debo asumir que aún me parece un tema demasiado complejo para poder ser enseñado con precisión. 

Le consulté a una amiga y ella me dijo que existían líneas distintas, que estaban las feministas por la diferencia y por la igualdad. Y yo, sin argumentos, le discutía que había visto casos donde la mujer no respetaba la intimidad del hombre, reproduciendo el discurso de la virilidad y la masculinidad. Ella me decía que eran cosas distintas, no era una cuestión de hombres o mujeres, era una cuestión de estructura de privilegios. ¿Qué puedo decir? seguí sin entender en ese momento, pero al menos algo me aproximé. Luego tuvimos clases de género en la Universidad, para variar, creo que terminé más confundida con todas las variantes existentes en el movimiento feminista y sin comprender qué era el patriarcado. El lado amable es que me acerqué mucho al cine en esos planos y recordé otras películas que había visto, lo cual me sirvió de material de análisis posteriormente. 

Tiempo después, un hombre, sí, un hombre me dijo que yo misma me "objetivaba", que mi dependencia emocional me llevaba a objetivarme a cambio de afecto. De pronto, todos los pensamientos comenzaron a hilarse, como si fuese la gran revelación, algo que todo el tiempo trataron de enseñarme y yo no entendía. Le pedí el libro "El segundo sexo" a un amigo y lo devoré en unos días, comprendía con claridad y empecé a doler... empecé a sentir, porque tuve consciencia de cada huella mal habida. 

 Así es como los recuerdos comenzaron a doler y sanar, recordé aquella vez, el año 2010 cuando iba en un bus hacia Santiago desde Concepción y fui ultrajada por el pasajero que estaba a mi lado. Esa semana fui a ver a un amigo que estaba de cumpleaños y el último día que estuve allí lo celebramos, así que bebimos toda la tarde, hasta que en la noche tomé el bus de vuelta a casa, impregnada con olor a cerveza. A eso de las 5 de la mañana (el trayecto toma seis horas y tomé el bus a las 12), siento una mano que estaba tocando la vagina por encima de la ropa. Confundida por lo que estaba sintiendo y percatándome que estaba ladeada mirando hacia la ventana y dándole la espalda al pasajero, traté de moverme para mostrarle que estaba despierta. El quita su mano y la deja en mi trasero, así que yo tomé su mano y la corrí, a lo que él dijo "lo siento" y se dio media vuelta. No pude dormir de ahí en adelante, tenía ganas de salir, sentía ganas de llorar y no entendía por qué. Lo miraba y era un hombre joven, un par de años mayor que yo probablemente, era un hombre común y corriente. Cuando llegamos me bajé velozmente, tomé mi bolso y corrí sollozando. 

Ojalá que todo eso hubiese quedado hasta ahí, pero no fue así, ya que al llegar a mi casa necesitaba conversar con alguien y nadie estaba allí, así que hablé con amigos y todos ellos me dijeron: "es que a lo mejor te sintió el olor a copete", "quién te manda a viajar en ese estado", "te pasó por hueona". Y sí, me sentía incauta, torpe y descuidada conmigo misma. Luego hablé con una amiga y me dijo que a ella le había pasado lo mismo, pero no era un pasajero, era un auxiliar del bus. Todo esto lo recordé porque lo pude entender y en ese momento me pude dar el consuelo que necesitaba. Pero las historias no acababan ahí, puesto que recordé al vecino que atendía un negocio cerca de mi casa y que cada vez que yo iba a comprar bebida, el me tocaba mis pechos pequeños. Yo en esos momentos sólo tenía nueve años o diez, y siempre sospeché de mi misma si era real lo que vivía, si era efectivo que un padre de familia, un hombre que aparentaba ser amistoso con todo el mundo fuera un abusador de menores y de pequeñas mujeres. 

Las historias seguían y seguían, como aquella vez que una pareja que tuve un tiempo solía despertarse en la madrugada y bajarme los pantalones para masturbarse. Yo no participaba de esa situación, ni me parecía erótica, tan sólo lo evitaba y pretendía dormir...
Seguían las historias, otra pareja se retiró de mi casa disgustado porque le dije que no me iba a acostar con él, porque ya habíamos terminado. Siendo que antes de eso me empezó a dar un masaje hasta dejarme inmovilizada contra el suelo, donde yo me desesperé y le señalé aquello...
Seguían las historias, me había contagiado una infección menor que se quitaba con antibióticos, y al avisarle a las parejas que había tenido, ninguno cuestionó que ellos fueran los portadores, ninguno cuestionó haber dicho los improperios que me dijeron: puta, vagina infecciosa, fácil...
Seguían las historias, me controlaron por medio de chantajes, me dijeron que me matara, me mintieron hasta salir de la cama, me hicieron sentir estúpida no una vez, sino muchas veces... y lo era... siempre lo era...

Cuando entendí el feminismo me perdoné, me perdoné por pensar que estaba loca, por pensar que era tonta, por agredirme a mi misma cuando me necesitaba tanto. No quise ir detrás de cada agresor, porque entendí que esto era un sistema, que todo estaba camuflado hasta llegar a lo profundo. Que todos dirán que no, incluso los más hábiles en el tema tendrán prácticas oscurecidas y silenciadas. Y puedo estar equivocada con esto, pero cuando hay mucho ruido, quien obra en silencio puede causar mucho daño. No me sentiré protegida cuando el agresor pague, sino cuando el sistema cambie. No me sentiré protegida cuando el agresor tenga miedo de mí, sino cuando la ética de las personas se base en cuestionar su poder. No, la sociedad no ha cambiado desde que soy feminista, ni cuando lo fueron muchas compañeras, pero lo hará... yo pondré de mi parte. 

Quisiera detener la historia ahí, pero también tengo que reconocer algo, algo que nunca me ha gustado de mi bando, de mi lucha, ese algo es el dogmatismo, el la arrogancia del conocimiento. Un sistema hegemónico controla por medio de la ignorancia, elige lo que unos saben y lo que otros no, por lo que enrostrar el conocimiento de unos frente a otros reproduce la dominación, reproduce nuestro dolor como mujeres. Ridiculizar, menospreciar, desdeñar provoca parte de nuestro sufrimiento, debido a que muchas personas defienden sus reflexiones como manera de mostrarse dignos, inteligentes y capaces (a pesar que no se hayan preocupado de ello). Esta situación a la larga genera una división, de manera que no es el feminismo, ni la razón de nuestra lucha la que nos divide, sino el dogma ante un sistema hegemónico. Algunas feministas dirán: no es el rol de las feministas educar a los hombres, pero yo difiero de ello: cada lucha es enseñar, cada lucha es un aprendizaje, entrar a una lucha es estar dispuesto a formarse e informar. Enseña, lucha e incluye, ahí veo la igualdad... 


Me inquieta la burla ante la ignorancia, en especial cuando veo cosas que se me han pasado por la mente y las he dicho de forma pública. Me siento ridiculizada, torpe, carente, a pesar que no sea yo quien ha sido sorprendida diciendo esas cosas. Esa inquietud me genera inseguridad al defender una reflexión, porque eventualmente otra posición, con más conocimiento , la reduciría hasta que no quede ni un resabio. Quizá eso sea bueno, porque las ideas más poderosas requieren de tiempo, trabajo, dedicación, disciplina, porque no sólo son buenas por ser atesoradas por nosotros mismos, sino porque una idea fuerte sobrevive en los contrastes.

lunes, septiembre 25, 2017

Abre las puertas de la percepción, pasea en la tormenta

Ojalá decir "estoy hasta la coronilla con esta enfermedad" me hiciera cambiar... No creo en nada de lo que he sido en esta breve historia de mi misma. Los monstruos no están, jamás han estado, son sólo sombras. La locura de años pasó a tu memoria efímera, no eres nada, no estás concluida. La única esperanza es el olvido y las posibilidades, la negación del delirio, la duda de tu paranoia... la razón.
Abre las puertas de la percepción, entra en el delirio que provoca tu enfermedad, camina en la tormenta, cree que aún no es el fin y no tienes poder, estás entregada... Se creatividad... abre las puertas de la percepción y ama. Ama... ama... ama...

Riders on the storm. The doors


Guía práctica para entender la depresión

La depresión es una enfermedad y aunque algunos hemos tratado de contradecir esa afirmación a lo largo de nuestra vida, sólo terminas asumiéndola, porque se vuelve una situación innegable. El desgano vital, como algunos han mencionado, consta en una sensación similar a estar agripado o afiebrado, deliras en pensamientos de autoconvencimiento de tu situación momentánea. Cuando tratas de hablar de lo que te pasa, sientes deseos de llorar y desmoronarte, como si fueses un cúmulo de barro seco mal armado. Algunos hablan de un quiebre, como si tu mente y cuerpo quieran ceder ante esa sensación de pesadez mental. 

Algunos que hayan tenido periodos de paranoia fumando marihuana u otras drogas, comprenderán la sensación de veracidad de tus pensamientos, donde crees en todo lo que piensas, como si fuese la verdad más grande que hayas encontrado en tu vida. Claro, hasta cierto punto lo es, porque es una lucha de vida y muerte, donde la decisión de tu propia muerte es el momento más álgido de tu poder personal. Como hablábamos con una amiga, se vive similar a cuando terminas con alguien y crees a ciencia cierta que jamás tendrás la misma oportunidad como la tuviste con esa persona, a pesar que la relación sea tóxica. Crees con todas tus fuerzas en que eres incapaz de resolver el delirio, lo que te vuelve indeseable socialmente e incluso molesto para quienes no comprenden este episodio tan común en un depresivo. 

Los demás dirán: es un problema de tu voluntad o lo atribuirán a tu inmadurez; claro, se expresa como inmadurez emocional, porque es una adolescencia, una incapacidad. La misma persona que posee esta depresión también lo piensa, por ello cree que jamás estará preparada, porque la sociedad te lo reafirma con rechazo. Entonces ahí deriva el encubrimiento de tu sensación: finges estar enfermo de otras cosas, del estómago, jaqueca, etc, hasta que empiezas a somatizar paulatinamente, para ser validado como enfermo. Por otro lado, otras personas se vuelven herméticos y no demuestran lo que piensan o lo que sienten, lo que deriva en una depresión endógena. 

Otros, como yo, tratan de ser útiles y buscar la catarsis de todas las frustraciones que surgen de la incapacidad, por ende, suelen tener problemas con el alcohol, drogas, sexo, vicios... Hasta que llegan a un climax de cansancio o stock de actividad, entonces caes en el periodo B, que es el descanso y una desgano vital profundo. Algunos amigos depresivos eran muy productivos, de hecho, uno había pasado de vivir con su pareja en un local a comprar una casa, un auto y más, por medio de su obsesión con el trabajo, hasta que se cansó y volvió a perder todo. 

Por otro lado, la búsqueda de identidad se vuelve algo temible para un depresivo, puesto que si tienes un historial depresivo es tu referente de construcción personal. Entonces, no sabes si advertir al resto que eres una persona inestable para ser entendido o reniegas de ti mismo hasta que el azar te lleve de nuevo a un periodo similar, aunque creas que ya eres sano. Esto deriva a ser agredido si la persona no comprende el episodio psicológico que vives. En conclusión, las relaciones sociales de un depresivo dependen mucho de las capacidades sociales y emocionales de su entorno, a pesar que éste no lo desee. 
En conclusión, dependiendo de la experiencia personal que haya tenido el depresivo con su entorno este puede hallar soluciones: si este ha enfrentado constantes rechazos, abandonos, agresiones, este puede llegar a un estado de desesperación y megalomanía hasta quitarse su vida. Si este ha experimentado sucesos de esperanza social, puede ser más estable, puesto que ve en su entorno una oportunidad de mejora. Sin embargo, todo esto se traduce en un acompañamiento y estabilidad emocional de su entorno, por ello, la mejor tratamiento para un depresivo es generar relaciones estables que comprendan el fenómeno interno. 

La depresión sí es una enfermedad y puede ser letal. En casos más serios, el depresivo ya no tiene esperanza alguna que la situación pueda ser revertida, siendo este uno de los principales casos donde el depresivo abusa de su entorno, puesto que no existe mejora. Entonces, en los casos más severos, la agresión de su entorno aumenta como medida de defensa ante el abuso del depresivo, lo que derivaría en un aumento de delirios, déficit comunicacionales o constantes intentos suicidas. Por lo tanto, un depresivo en periodos álgidos puede ser excesivamente conversador, pero poco inteligible, incapaz de hacer algo y por lo tanto, es dependiente por completo de la persona que lo atiende.

Es curioso, un depresivo, como yo... puede comprender todo esto y aún estar hasta las cachas con esto. ¿Crees que es una cuestión de voluntad todavía? ¿Como podría ser voluntad si eres convencido por el delirio? Con suerte la mayoría de las personas logran ser disciplinadas en algo y esperan que el depresivo sea capaz de tener un control inmenso de su voluntad. Si conoces a un depresivo, ten cuidado de las pelotudeces que dices. Porque si aún brilla y está enfermo, es porque hay mucho esfuerzo detrás, más del que te imaginas. 

jueves, septiembre 21, 2017

La paradoja del azar y el quiebre: felicidad

"Que la inspiración te pille trabajando" dicen algunos, mientras que otros poetas se quedan sumidos en la modorra. Que quizá no es la historia, sino tu nombre en ella lo que va a importar cuando pase el tiempo. Y mi letra sin descripción, sin hilo, sin palillo, sin costura, sin forma, se enlaza a mí como si fuese la personalidad y no el relato. Somos soñadores triviales, de sílaba muda y letra muerta, así me lo dijo la sombra que estila desde mis pies. Fecundo desde el alma, amanece un pensamiento, seguro como el sol a la misma hora y yo lo anochezco con las cortinas del pasado. Paradoja escurridiza, que confunde lo que he sido y lo que quiero ser, como si fuese destino volver a errar, como si fuese destino haber vivido. Paradoja escurridiza es doler por lo que he sido y pensar que soy, cuando no quiero ser y deberé ser. Paradoja de cuitas que se posa como corona, hegemónica por falta de quiebre, por falta de una oportunidad, por falta del olvido de mi. ¡Dame la suerte de olvidarme! ¡Azar! ¡Oh, Azar! eres el amigo que me falta.

martes, septiembre 12, 2017

Falsas víctimas

La historia siempre partió conmigo sentada frente a la pantalla y el teclado, entregando todo lo que mi imaginación y angustia podría crear, aunque fuese poco ético o protector conmigo misma. Esta vez, como si fuese un falso final en esta página, quiero retomar una de las historias viejas, aquellas que procedían de la madrugada y sus necesidades. Viernes 3 am, una canción de Sirú Giran, que explicaba tan claramente la sensación que habita siempre en un deprimido patológico. Trataba de estar solo, frente a uno mismo, lidiando con la enfermedad que te comía lentamente. Trataba de intentar cambiar para poder acoplarse con alguien más, para contradecir ese argumento que renacía siempre noctámbulo. En la noche nadie podía rescatar, nadie podía socorrer y era mensaje secreto para quien contestaba una llamada a esa hora. 

Los héroes no existen, no existe el superhombre, no existe un dios entre los mortales, ni menos nosotros somos sus hijos. Lo que verdad existe son pasiones, deseos infundados, pulsiones antojadizas que han matado el amor suplantándolo. Existe: "ahora no puedo", "deja agendar para esta semana", "quizá deberías morir otro día", "deberías resolverlo y dejar de quejarte". ¡BANG, BANG! Ahora sonrío, porque la depresión se volvió diurna, atenta a sí misma, buscando ayuda para sobrevivir o no vacilar en tu intento. Las respuestas son las mismas, no cambian. Y tú, intentando ser una persona asimilada a la sociedad, dices sin dudar: no importa, comprendo. 

Pensaba en los antihéroes, aquel que me levantó en sus brazos y me llevó para cuidarme; sólo podía ser una persona tan agredida como yo, el cual me acogería y cuidaría reconociendo mi soledad. Sólo podía ser otro enfermo, impulsado por su deseo carnal para tomar ventaja de una falsa víctima. Los antihéroes que llegan de noche sólo los primeros meses, mientras que el sexo sigue siendo un misterio, misterio ligado a la insatisfacción libidinal de la princesa en peligro. De pronto, el seudo superhéroe comprende que la princesa es la que subió a la torre y se encerró, se aburre de la misma rutina y deja un vacío en su cama. 

El enfermo no es una víctima, es tan sólo eso, un enfermo. Alguien que repite patrones, que acumula su infección en alguna parte de su cuerpo o su contexto, repitiéndose a sí mismo lo desdichado que es. Incapaz de proyectarse, porque sus horas fueron pensadas y destinadas, pero nadie quiere asumirlo como es. El enfermo sólo quiere ser recogido del pavimento, para así no pudrirse en soledad antes de estar bajo tierra; es un higiénico que no quiere ser la mierda en la cual se posan las moscas. Nos preocupan tonteras, como quién cantará en la misa o quien levantará nuestro ataúd. 

Somos falsas víctimas que jamás nos dimos una oportunidad, sólo dimos más tiempo para ser útiles, jamás nos engañamos con el compadecimiento de llamarse amigo de aquellos que sólo existió el egoísmo y lo posible. Un deprimido que aprendió algo puede ser aquel que se dijo en soledad: no amo a nadie a quien le pido ayuda, porque es su ausencia la que marca el límite de mi sobrevivencia. No lo necesito, no necesito a nadie para vivir, no necesito las espaldas volteadas, ni milagros completamente accesibles. Necesito mi soledad comprendiendo que no hay nadie, no porque haya algo mal conmigo, sino porque hay algo mal en ellos cuando yo soy un defecto de la sociedad. Soy un cuerpo, un escorial, un basural que tiene reflexiones que hace desviar la mirada. Tengo las capacidades de hacer exactamente lo que hacen los demás, pero soy una negación, soy una boca sedienta que se rellena con comida y no con agua. 

Vivo sólo para ser útil o esa es la mentira que solemos decirnos para no cortar la historia. Vivir para culminar un proyecto, para ser autosuficiente, trabajar hasta que desmayes en el trabajo y te recojan con la escoba para poner a otra persona. Se útil para sentirte diferente a los demás, se útil quizás para hacer historia... pero a los deprimidos nos gusta inventarlas. Imagina esta sociedad si eres tan útil hasta ser historia, imagina como podría ser si piensas que eres diferente, sólo el ego puede crear esas utopías. Que puedo decir de las lágrimas, esas que parecían de cansancio y tristeza, sólo fueron frustraciones por deseos y no por realidades. Nos volvemos prácticos porque no es la sociedad la que nos hace vivir, sino la capacidad de caminar sin una muleta. Hablé de compartir... compartir, pero nunca darse por completo, ésa es la tónica de la sobrevivencia. 

A ratos la rabia se convertía en rencor, en una sumatoria de "deber ser" que garantizaba mi maldad y acción egoísta. Pero yo no puedo, diganme loca, no puedo ser la primera de la lista en todas las cosas que hago, porque eso nunca me ha interesado. No puedo planear mi venganza, mi "ojo por ojo", mi falsa justicia, sólo puedo incurrir en la autosuficiencia y pensar que tendré una oportunidad de no ser yo el motivo que aleja a las personas y dejar a la vida que ponga las circunstancias. Nunca fuimos víctimas de este sistema, sino más bien somos el soñador que se paró ante lo increíble y se planteó realizarlo, sin saber que esto le costaría el resto de su vida. 

No necesito, sólo debo dejar que la fractura ocurra. 
 

viernes, septiembre 08, 2017

Tras un sueño Kafkiano

No sé si lo recuerdas, pero estábamos sentados en el suelo de un lugar muy antiguo, con paredes blancas y pocas luces. Llevábamos horas mirándonos, hasta que de una forma abrupta miro mis manos y veo que tengo dos cajas pequeñas, una de metal y otra de plástico. Tú me pasabas un anillo y yo lo guardaba en la caja de metal, mientras que te pasaba la caja de plástico. Luego con mis dos manos tapé la caja de metal y cerré los ojos. Tu abriste la caja de plástico y sonreíste, diciendo: Lo lograste. Sonreíamos, como si hubiésemos hecho algo que no estaba permitido y habíamos cruzado todas las barreras. 
Nuevamente junté las manos hasta que empecé a sentir mucho calor entre ellas y que algo se iba acomodando. Las abrí y era dinero, mucho dinero. Saltábamos y danzamos por la habitación, puesto que al fin habíamos descubierto algo que nadie más sabía o conocía, algo tan oscuro que ni su imaginación podía alcanzar. Hasta que una pregunta detuvo nuestros pies: ¿de dónde provenía todo ese dinero?
Miramos de reojo a nuestro alrededor, algo estaba por suceder y no lo sabíamos, hasta que vemos entrar a la luz muchas cucarachas. Ya no huían de la luz, sino que se acercaban sin miedo hasta nosotros, como un batallón en busca de venganza. Teníamos miedo, tratábamos de pisarlas para defendernos del pavor que se había adueñado de nuestros rostros, pero cada vez eran más y más. En nuestra desesperación caímos y nos cubrió un manto negro, sentíamos cosquillas y mordidas feroces. Chillábamos desesperados, tratábamos de evadirlas, pero al gritar entraban por nuestra boca y nos ahogaban. 
Cuando sentía que moría, estallan las ampolletas que estaban en el lugar, quedando suspendidos en el aire los miles de fragmentos. Con el único ojo que estaba libre de cucarachas, miraba hacia la pared y veía que se formaba una silueta que no podía distinguir bien, puesto que la única luz que teníamos era la que entraba por un pequeño agujero en la pared. Esa luz se intensificó de golpe, lo que me permitió reconocer a nuestras siluetas bailando, hasta que de pronto un sonido seco, como un puño en el pecho, me despierta de toda esa escena. 

sábado, agosto 26, 2017

Lo sabíamos

Me siento como tú, como tú cuando te digo que me siento como si alguien se hubiese colgado de mi mandíbula, desencajándola del resto de mi cara. Así me siento: invadida por una electricidad por evitar lo que ya sabes.
El doctor me examina, entra por mi lengua y es devorado por mi aliento, destroza mi imagen, destruye todo lo que no entiende, hasta la solución.
Mi personaje de ficción tiene un gato que se llamará Truman. Cada vez que éste juega situándose en lo más alto del lugar sabremos que su show ha empezado.

El dueño de mi cuerpo

Tan extraño como el sudor helado, que quema por el cuello y electrifica tu cabeza; tan extraño como la humectación de tu líbido, la locura expele como un orgasmo. Soñé con una mujer que se desnudaba lentamente frente a mi, me miraba y sonreía mientras se sacaba cada prenda. Luego noto que es hermafrodita y yo quedo rendida a sus pies: ¡la necesito, la necesito!, caigo a sus pies porque la necesito. ¡Grito!, grito sostenidamente hasta reducir el ruido externo y me meto a la teta, como si fuese leche retrocediendo en un cuerpo que se vuelve pueril. Vuelvo a la teta, a su teta, al amor y el error. Lloro, lloro como si fuese semen después de la excitación. Sudo frío, muy frío... muero, apago luces y sueño. 
El dueño de mi cuerpo chilla como un animal, como un prisionero de mi normalidad, con la cabeza atascada en la trampa, una trampa violenta, como el deseo que te mata. Muere el animal por su deseo, como el feroz por hambre. El tiempo no se siente, me enajeno, me extravío, no entiendo. Me siento inteligente por segundos, olvido y vuelvo a ser idiota. El dueño de mi cuerpo es un extraño, una historia extraña que entra a una vida saludable, ¡me mata!. Vibro, vibro excitada para que me bajes la melancolía y comience a llorar posterior al coito. Me desprecio y me amo. No me entiendo. 


Leeme rápido. 

miércoles, agosto 23, 2017

Quizás ya no seríamos amigos

Quizás ya no seríamos amigos o quizás nunca lo fuimos. Por alguna razón me he acordado mucho de ti, Julio, en un escenario completamente diferente, pero que definitivamente responde a un tejido de eventos que nos llevan a este punto. Hablaba de por qué estoy en contra de la psiquiatría, de lo cambiado que estuviste después del tratamiento y lo poco que te entendió este mundo. Hablaba con una amiga sobre el electroshock y su práctica, te recordé, recordé la cara de la Vane cuando le avisé que había hablado contigo mientras estabas internado sin tu consentimiento. Recordé que buscamos la clínica por internet, que fuimos al negocio de tu familia a preguntar por ti, fingiendo que te llevaba una película que me prestaste ("El milagro de P Tinto").
 Recordé que la Vane estaba preocupada porque te vió extraño, debía repetirte las cosas porque no entendías qué sucedía. Recordé que ella te quería mucho, te quiso mucho durante esos años, pero siempre el mundo será una tropa de cojos. Pasó el tiempo y ustedes lo atravesaron, ya no podían verse, pero a veces conversábamos. Yo sabía que la situación del puente, de la enajenación, no fuiste tu, fue el terror que implanta un mundo que indica que estas loco, tan sólo eras un gato con un mundo fantástico en tu cabeza. Tomé distancia para que no llegaras tan fácil a ella, para no ser una intermediaria, a pesar de que te entendía mucho. Sin embargo, el día que te dieron por desaparecido me hablaste, no quise responderte por eso, porque me hice a un lado. Fui canalla. 
Recordé que mi papá cuando te vio caminando por el Remanso dijo "ese niño va a terminar colgado", yo lo quedé mirando con extrañeza. La Vane después sufrió la muerte del Diogo, culpando que te lo habías llevado de la misma manera que tú te habías ido - los perros saltan sin saber que están atados al cuello-. Cuando volví a Los Andes para tener noticias de ti y de tu desaparición tuve un sueño, donde estabas sentado bajo el sillón de mi casa, ese que está bajo la escalera, sonriendo y brillando. Cuando le contaba eso a mis amigas, me comunicaron que ya te habían encontrado. Recuerdo que una de ellas en tu funeral dijo cosas estúpidas, pero hice caso omiso, de nuevo me callé. Ya casi no hablo con la Vane y eso me hace pensar que ya no seríamos amigos si siguieras aquí. 
Puse Gameover porque me acuerdo de tu subtitulo de messenger y que me recomendaste escuchar unas canciones también. Recordé el 13 de mayo del 2010 y que la Vane me rescató de mi pieza. Muchas veces pensé que le di la posibilidad de salvar, de hacer lo que no pudo hacer contigo. Yo, la loca, la de ahora, la del 2009, todas, ninguna entiende lo que pasa con esta vida. Recordé cuando enloquecí con mi abuelo, porque me decía que tenía que echarte de la casa, que ya eran las 3 de la mañana. Él llamó a mi papá y cuando te vio se puso a reir y te fue a dejar a tu casa. Al llegar me dijo "si hubiese sabido que estabas con Harry Potter no habría venido", luego se largó a reír. 
Hay personas que te dan vida por un instante, como ahora, o algunos te dan la vida para siempre, como la Vane el 13 de mayo. Aunque ya no seamos amigos, aunque estemos menos locos, aunque nos trepemos a los árboles para entender el mundo, escondamos nuestra sonrisa por vergüenza, recordaremos sin entender las señales, porque éstas sólo nos quieren dar mensajes antojadizos. 
"Y si ya no existes tú, ¿cómo es que existo yo?" Como es que existo después de años y tu no... azar... cobardías y agallas. 

viernes, agosto 18, 2017

citando

"Para Marx (para cualquier libertario, en realidad), libertad y dictadura conforman un antagonismo indisoluble. Cierto que caminan juntos –como todo binomio de opuestos–, mas no por la misma ruta, y de hacerlo (de pretenderlo, quiero decir), jamás llegarían al mismo sitio: si el fin justifica los medios, son los medios los que prefiguran el fin... En otras palabras, no se alcanza la libertad por la vía de la imposición. Nunca..." Canek Sánchez Guevara 

(No le compro todo al nieto del Che. A pesar que sea el nieto descarriado de los guevara, tiene algo de cierto su critica a la frase "el fin justifica los medios") 

martes, agosto 15, 2017

Nunca fueron señales

Tenía que tomar una decisión sobre asistir a un lugar que no quería, pero debía decir mi resolución ese mismo día. Como tenía que pagar por mi asistencia, comencé a evaluar las señales antes de llegar al lugar y confirmar. De camino pasé a comprar y el vuelto fue exactamente lo que debía pagar ese día para asistir, por lo que me dije a mí misma "estas son señales". No, no era señal que debía ir, sino que, evidentemente yo no lo deseaba y que podría tener todas las condiciones para hacerlo, pero me resistiría hasta el final. Decidí no ir. La señal no es lo que majestuosamente aparece en la vida, si no cómo codifico ese mensaje creado por mi propia percepción y la relevancia que le doy. 

Hoy me dejé llevar por esas señales, esas pruebas a mis propios pensamientos, a esa autoevaluación de mis preferencias. Rompí una regla y creo que debo retirarme de esta emoción que se transforma en un juego. Me di cuenta que me miente. Al igual que una noche hace más de 3 años, sentí, sentí el insomnio apoderándose de mí, intuyendo que las cosas acabarían hoy sin siquiera mover un dedo. Y creo que no encuentro momento más oportuno que este, puesto que esa lectura no es más que un aprendizaje viejo, el cual te da la posibilidad de realizar tu apuesta con los jugadores necesarios. Me retiro de la mesa con los bolsillos llenos.