viernes, noviembre 03, 2006

¿Qué le sucede a Alison?


Moly Cortéz y su cuaderno escribían unas cosas nuevas, mientras que Alison Cortéz corría desesperada por los caminos de tierra de un bosque perdido. Moly pensaba en Alison, en su seguridad y que estaba haciendo en ese entonces, apoyaba su lápiz contra el suave papel, trazaba unas líneas y relataba cuentos...
Alison se encontraba sin hallar una salida a su sueño infernal, gritaba el nombre de Moly, pero nadie le respondía. Sus pies no encontraban descanso, se podría decir que todo su cuerpo había sido tomado por el miedo y las ganas inmensas de huir, ¿huir de qué? Nadie aún lo sabe. Sus ojos miraban su entorno, no encontraba a nadie, su soledad era ingente y su mirada se perdía en cada pestañar mientras que desertaba una lágrima.
Moly agitaba su lápiz, estrellándolo contra su cuaderno queriendo escribir algo inefable; volviendo al mundo desertado, lográbamos entender que esa interminable competencia con la libertad y el miedo que participaba Ali, podría resultar muy perniciosa. Recuerdo que corrió por días, tronchando troncos muertos, aplastando hojas secas y espantando pájaros. La escritora estaba compungida, miraba por la ventana y no podía ver a su pequeña llegar, algo le preocupaba, presentía que algo le podría suceder a Ali. Sí, algo sucedía, la pequeña aún no encontraba su hogar y lo que había salido a buscar, no podía seguir resistiendo su inopia vida, ella deseaba una vida ostentosa, llena de cosas, cosas inservibles, pero al fin al cabo eran cosas. Pero una día ella se dio cuenta que debía salir de aquello, pues así lo hizo, entró a lo desconocido; siendo tan inerme no pudo encontrar lo que buscaba en ese bosque, donde los ramajes enterraban al cielo y no había luz suficiente para alumbrar su camino... Por un tiempo ella corría y caía, pero desde ese tiempo hasta ahora sus rodillas se llenaban de somnolencia, pero aun así seguía con su lid latente en el corazón. Después de varios días, que llegaban a ser siglos, decide detenerse junto a la orilla del río, dentro del lecho, se sienta y reposa su cabeza en una roca, su cuerpo permanece inerte; La nieve se derretía, bajaba y llegaba hasta el río, mojando los pies de Alison, cuando ella siente el cosquilleo del agua, se acomoda sobre las rocas... Pasaba el tiempo y ella no se movía, el río comenzaba a crecer encontrando su gran soporte, la pequeña estaba en el camino. Pasaban horas y horas, pero era inútil, no se movería de allí, sabiendo que ese podría ser su final. Las primeras seis horas, la nieve derretida cubría la mitad de su cuerpo recostado; sentía como paulatinamente el agua iba enfriando su cuerpo tibio. Luego pasaron siete horas más, sólo su cabeza estaba fuera del agua... Estaba todo decidido, poco a poco su mente encontraba un sopor inmenso, ella no podía restañar la nieve que decaía sobre tierra plana. Ella arrimó su mano gélida sobre su pecho, a su vez comenzaba su soliloquio...- Moly, no comprendo... ¿por qué?... Dime, Moly
Finalmente una lagrima mordaz corría por su mejilla ahogándola...
Moly cierra su cuaderno, nuevamente se siente culpable... Alison ha muerto. Deja su cuaderno a un lado y el lápiz lo deposita en un lapicero que se encontraba en el escritorio que estaba junto a la pared de la biblioteca. Estira sus brazos, se dirige al baño para remojar su rostro, abre la puerta un tanto adormilada, en la tina ve a Alison... Sí, Alison ha muerto; sin inmutarse, ella moja su rostro y Alison, el personaje que había creado, seguía muerta dentro del libro...