viernes, febrero 21, 2014

Gustos lejanos

Nos encontramos nuevamente para derramar nuestras copas sobre el mantel de la historia, más aquello que fue "triunfo" una vez y finalizó con amargura, la cual hoy nos paga el trago para poder reunirnos. Hemos llegado a beber de los cáliz de la feminidad y hasta de sus lágrimas... hasta del barro de las botas succionaremos para calmar la sed. Porque mis amigos y yo comimos del "¿qué nos queda?", del optimismo errante, de la desilusión constante, de los años transitando como si no lo viéramos.
Y aquí en este preciso momento, golpeando el vaso contra la mesa, vamos a dejar nuestra huella, vamos a mear todo lo que no fue nuestro, porque vamos a empezar a soñar de nuevo, pero no con las cosas que entorpecieron nuestro camino... NO, no hablaremos de amantes, ni de libertad, ni pasión, ni deseos... marcaremos esa "nada" que nos pertenece y empezaremos a ganar, por no tener libertad queremos tener no-esclavitud, tener no-desamor, y así...Porque somos los derrotados, que si soñamos en grande nunca tendremos para nosotros la mínima satisfacción. Empecemos por quitarnos la mano dominante de la nuca para pasarle la lengua al gozo del futuro.
Porque de una vez por todas tenemos que aprender a soñar...

Lo que "des" le hizo al amor.

Lo que fue una historia basada en la ilusión perfecta se transformó en la horrorosa verdad, así de fácil y carente de dudas, dos personas se olvidaron. En el fondo siempre fui rara, he armados cuentos sobre amor tantas veces que ya poco a poco dejo de creerlos con facilidad, me hecho escéptica de lo que mis ojos, manos, pulso capturan.
La última conversación fue la anatomía de lo oculto, cada momento relatado de esquinas opuestas que desmoronaron los sueños. Me dijo que aquella y esa otra vez fueron juegos, palabras borrachas que nacían de una misera posibilidad de éxito. Que yo sentía demasiado para ser real, y que lo que fueron mis fantasías, para sus oídos eran meras mentiras. Arrojó todo con un inescrupuloso desamor, y bien saben que tuve que convencerme que él no era aquel... ¿y saben que me preguntaba? "¿cuántas veces deberé amar en vano?" ...
Me había preguntado antes "¿cuántas veces tenías que irte para que fuera definitiva?" y ahora no tengo deseos de contarlas, tan sólo sé que te fuiste y lo hiciste tan fácil. Hablaste que eramos incompatibles, que me fuera a los brazos de quien me quisiera que tu no lo hacías ni lo ibas a hacer... y ya eso era suficiente para ver como todo habia sido mentira, que yo no era aquella que mentía, que era él... siempre fue él. Si realmente no te iba a importar que yo te extrañara, yo tan solo no te importaba.

Que vuelen lejos las mariposas de mi alma que ya no deseo creer en ellas...

lunes, febrero 10, 2014

No te pierdas.

¿Puedes perder algo si lo estas viendo? ¿Te puedes perder en una ciudad si te ves a un espejo? Jamás nos perdemos, sólo olvidamos los caminos o no sabemos hacia donde dirigir el cuerpo: No hay problemas de existencia sólo hay uno de inercia. Y así te digo, con estas suaves palabras: camina.
Te cuento una historia sobre caminar, nadie te arranca las piernas cuando lo haces y si estas cansado hay suelo, el mismo que te sirve para apoyar los pies te sostendrá tu culo... ahora ¿qué te preocupa? La noche, la noche es sencilla la luna se ve y así las estrellas, y de la misma forma que se aparece la noche ocurre la mala suerte. Entonces no te preocupa la noche te angustia el hombre y lo que puede hacer, pero el hombre es tonto, nació de pie siendo mula, cargado de historias y tirado por su devenir... te asusta el hombre asesino, violador, ladrón siendo que al salir ha mutilado a la madre... te asusta sus largas piernas, brazos, y un rostro cuyos gestos entiendes... te da miedo un rostro de ira, lascivo, de dolor.. ahora sí, ahora haz encontrado el problema de perderte en la noche, cuando recaes en el rostro mutilador de un hombre que nunca debió haber nacido. Niña, llama a tu suerte y dile que quieres salir esta noche después de la triste desgracia que sufriste cuando no pudiste llegar a casa.