lunes, enero 19, 2015

querer

Lo que quiero es lo que ya tengo, es mío tan mío. No es satisfacción, ni conformismo, ni fin, es consciencia. Las cosas que quiero están arrojadas en mi experiencia, una mano constante, el trabajo de hoy, el deseo de mañana es el inicio de ayer. Lo que quiero es la ilustración, el acto repentino, el proceder de los pasos. ¿Acaso podemos querer lo que no es está allí realmente? ¿Lo que no se siente, lo engañoso? Quizá podemos querer el engaño, e incluso lo que no entendemos, pero sólo si es afirmación, si queremos ser engañados o queremos no entender. Y el querer no es intencional, es inevitable, es el suceso como el sol. El sol es un suceso del ser, de brillar, de querer...
Ya tengo lo que hoy quiero, me desengaño de los detalles, de las normas, y los cliché...

viernes, enero 02, 2015

La no-regla de 3.

Esto no va a terminar bien del todo, es imposible asegurar que alguien no sufrirá, pero si es posible decidir quien recibirá ese dolor ya que será quien le importe menos ¿Eliges lo racional o la emoción?
No quiero cuestionar las relaciones de reciprocidad y afectos, ya que cada persona se apega a otra con distintos motivos y formas de ser, claro también con las mismas normas que pueden ser negociadas. Pero que sucedería si tienes en tus opciones al hombre perfecto, ese que tu cabeza asienta en todo lo que te gusta, en cada detalle, el mínimo gesto, todo es de tu agrado. Y a la vez, tienes otra opción, aquel que te hace sentir especial y te sientes feliz, pero carece de aquellas cosas del otro. Ambos generan sentimientos importantes... ¿Debería decidir? NO... porque nuevamente no tienes idea.
Opciones:
1)Te quedas con el primero para siempre, el otro sufre por lo que siente
2)Te quedas con el segundo para siempre, el otro sufre por lo que espera
3)No te quedas con ninguno, sufres por lo que sientes y esperabas.
4)Te quedas con ambos, el sufrimiento puede ser engañado o negociado, pero requiere de habilidades que muchos no desarrollan o no se llega a consenso.
5)Te quedas con uno esperando terminar antes que termine lo segundo para recomenzarlo.¿En ese caso, con cual inicias? Apuestas. Es un error de redundancia pero el más ejercido.

Acá se genera una acotación, cual es la finalidad de cada uno. En primera instancia este es el momento al cual se retrocede para corregir los errores del pasado. ¿Qué quieres para tu vida? Si respondes "amor", cualquiera de las dos decisiones te muestra un grado de incertidumbre, nadie sabe como comienza las cosas que no manejas, entonces cualquier decisión que tomes podrá ser la incorrecta. Si hablas de amor siempre vas a estar equivocado antes de vivirlo o decidirlo. Pero cuando lo vives y se mantiene el caso, es posible que lo tuyo pase por sobre el afecto de un otro. Herir en amor es inevitable cuando se presenta estas opciones en una sociedad monógama.  En situaciones polígamas el amor conlleva sufrimiento en todas sus opciones, no necesariamente por quien decide.
Pero si optas racionalmente por tener una relación que sea permanente, trabajada, que no necesariamente conlleve amor pasional, es posible generar otra opción que sí puede ser buena si la trabajas como debes. Es decir, la norma es completamente racional al momento que decides, entonces lo haces por la oferta de una relación fidedigna. Entonces catalogas, tratas de lograr un tipo de relación para cada caso, ambos dentro de lo normado.
Entonces volvemos a las opciones que tenemos, tanto quien conquista tu mente como quien conquista tu afecto es completamente mutable, porque quien elige tu mente tiene posibilidades de éxito ya que tomas en cuenta todos los factores que harán de dos una experiencia, la posibilidad de conquista del afecto es posible. Por otro lado quien conquista tu afecto también tiene la misma posibilidad de conquistar tu mente, si te basas sólo en la idea de trabajar una relación. Es decir razón y afecto es lo mismo cuando termina una historia.
Pero qué sucede si no quieres decidir, porque en realidad no confías en la monogamia completamente.

Ninguna opción es buena... la decisión sólo es un evento en el cual actúas y generas respuestas que no podrás controlar. Es decir, requiere de pérdida y capacidades de solución... ser competente.
En algún punto, el destino elige borrar. Claro, si pensamos desde la poligamia el problema no existe como tal, ya que el sistema difiere. Pero al no ser así este contexto tiene el potencial de inducir trauma o resiliencia Nuevamente: ser competente ante el juego y la sociedad.

En éste sentido, la tragedia y el romance tiene esta lógica, la lucha de la decisión en el juego que jamás controlarás y sólo estás capacitado para mermar situaciones en la cual tomas opciones más o menos beneficiosas al momento de tomarlas.
¿Tiene sentido posponer alguna decisión? No, no tiene sentido.
En ese caso ¿deberíamos servirnos de ser estoicos? Controlar las emociones para manipular el juego sin generar heridos, y creer en las potencialidades por mantener los afectos de forma intacta pero sin posesiones.Pero eso manipula la sensación de uno, no de dos o mas. Entonces ¿qué queda? ... Tiempo. El amor, la estabilidad, las relaciones interpersonales se sostienen o tienen sentido en el tiempo, y éste es el único que puede darte una respuesta... Tiempo. El tiempo es capaz de cansar, matar, agotar fuentes y retirar a los jugadores. El tiempo entrega respuestas en forma de sucesos cuando la ambigüedad gobierna. Y el suceder del tiempo es el primer ejemplo de vida, y la vida es el juego que ocurre en el tiempo. 

La regla de 3 sólo mide a atletas de las relaciones interpersonales y afectivas.