miércoles, abril 30, 2014

Fantasías suicidas.

Un día compraré una cuerda, iré al puente de los candados. Sí, ese puente donde las personas se juran amor y tiran la llave. Ataré un extremo de la cuerda allí y haré mi horca. Mi peso hará que mi cuello se estire y no habrá forma de arrepentirme. Me cagaré en los pantalones y me balancearé como un péndulo de mierda.

la madrugada del uroboro

Nuevamente no puedo dormir, veo mis mejillas sonrojadas en es espejo, me siento sola y no puedo dejar de pensar. Pienso pero no me vuelvo más inteligente, por la mañana veré mis ideas incompletas, deseos frustrados, tiraré la toalla... volveré a dormir poco. El deseo del uroboro, comerse a sí mismo desde el fin del día hasta el comienzo...las horas, las horas, las horas... el cuerpo, el amor, la desdicha... comerse hasta la boca...atragantarme con la vida... la madrugada... la falta de sueño... el uroboro comiendo a las cinco de la mañana. La depresión... el azul... clímax... las horas, las cinco de la mañana, las cuatro, las tres, las dos, las una, las cero horas...vuelvo...vuelvo a cero. El pasado, el uroboro.  

lunes, abril 14, 2014

Desayuno con fantasmas

Cuando era un poco más joven un buen amigo me dijo que si llegaba a sentirme sola, recordara quien estaría sentado a mi lado. Así empecé a ver la banca en la cual estaba, de pronto todas esas personas imaginarias que estaban en mi corazón empezaron apretarse a mi lado. Hoy, años después, la vida se torna un poco más difícil que antes. Frente a mi, durante el desayuno estaban mis abuelas cuando eran jóvenes y me miraban sabiendo que algo me afectaba. Dentro de la cocina estaba la Tita paseándose con su carácter de roble y diciéndome que debía mandar todo lo a la mierda, y me contaba de la vez que se tiró al barro para no ir al colegio. Mientras la Rosita estaba sentada frente mío, tomándose una tacita de té, no le gustaba mucho cocinar y tampoco era muy amiga de la cocina, lo hacía por deber o para regalonear, a la Tita tampoco le gustaba pero es difícil que se quede quieta. A medida que conversábamos me sacaban una que otra sonrisa al planear venganzas absurdas que jamás íbamos a realizar, pero era la gracia de reírnos por creernos malas. Yo le contaba algunas cosas y me decían que lo habían visto todo, que no me preocupara por sacar esas amarguras, que estaban listas para darme consuelo. Me veía en ellas, en su carácter, en su temperamento, en los chistes y las aventuras...
- ¿Por qué no me llevaste el 2010?
-Porque tenías muchas cosas que vivir
-No tengo miedo de extinguirme
-Siempre quise vivir, y lo hago en tus recuerdos, en tu existencia
-Después de lo que sucedió tuve que soportar días de sopor, mis pies no me podían, tuvieron que bañarme... renuncié a conce, renuncié a todo lo que podía amar. Seguí porque me hacían sentir equivocada, que era veleidosa... así lo volví a pensar hace poco cuando volví a intentar suicidarme. Yo no quiero esto... acaso no es hora de una señal...
-No necesitas venir donde nosotras estamos, Michelita. Tan solo saca un pasaje para Los Andes, tu sabes que ese es tu hogar, tu templo.

jueves, abril 03, 2014

viviendo tras la cortina oscura

Desearía que pensaras que soy normal, o que al menos lo soy para ti... desearía dejar de ser esa mujer que enloquece, que pierde los estribos y se lanza el abismo cuando todo comienza a palidecer. Porque vivo tras la luz opacada por una cortina oscura que llena de nostalgia ese espíritu sereno, colmándome de una sensación de cárcel... y grito ¡GRITO! con fuerzas para emanar pasiones, porque la distancia se las lleva. Y me siento sola... nuevamente sola, tranquila en una posición fetal. No hay rejas... solo soy yo creyendo ser libre en una posición fetal... la locura... la locura es un boomerang que si eres libre te vuelves prisionera de ser tu misma apretándote entre tus propios brazos... si tan sólo amara la soledad... si tan sólo tuviera una misión que me haga olvidarla... vociferando silencios incautos.

martes, abril 01, 2014

cero

Quisiera llevarme un chico como tu a casa, besarle la frente y tomarlo de la mano, quizá para conocer el mundo, para saborear tus pensamientos, para reír la vida. Deseo las cosas que están dentro de mi para que surjan y no así llevarme lo de afuera hacia dentro, cargando con pensamientos pesados que nublan los conocimientos. Añoro dejar de leer las cosas para empezar a estar más seguido, y así el mundo me parecería menos mísero. Te vivo soledad como si fuese la primera vez, mi palma con mi palma, las rodillas juntas y el olfato tomando galaxias. Quiero, deseo, añoro al ser nueva en mi nostalgia, al tomar de la mano este presente que no acaba, que se convierte en canas, en arrugas, en piel marchita... destrozada en segundos de un reloj, abandonada ahora, hoy, mañana siempre hoy, ahora, hoy, ahora, ahora...