lunes, noviembre 29, 2010

Pasajeros en bata

Recuerdo esa mujer, una mujer que vestia un bata y se paseaba por la calle sosteniendo un cigarro, muchas veces iba a mi casa y preguntaba por mi abuela. Para ser tan niña, una mujer así de excentrica no me causaba miedo, mas bien, un increible interés. Era su rostro arrugado, su mano sosteniendo su codo que a su vez temblaba, incomoda, tratando de sostenerse de abrir los brazos y explayarse literalmente en el mundo.
Mi abuela me repetía que no le abriera la puerta, que jamás le dijiera que estabamos sola, que sólo le mencionaramos que ella estaba muy ocupada como para atenderla. Ella era como los fantasmas que abren las puertas y la gente le grita que se quede afuera, confundida con el viento de invierno o de primavera, floreciendo en el peor año y marchitandose ante la pena.
Casi era un tipo de gente, de esa gente que uno trata de esconder en nuestros peores días, tratando de mantener la cordura, limitandose solo a consumir el fragil cigarro, los 5 a 10 minutos mas satisfactorios de las situaciones tensas.
Ya al paso del tiempo ya no se que es lo que causa esa tensión, si será el exceso de si mismos, estirados, casi al punto de romper las fibras del alma, o quizá estar tan estrecho en el lugar mas frío de la sombra, congelado, incapaz de moverse. La locura expuesta o la locura ensimismada.
A veces creo que muchos necesitamos esa libertad, esa laxitud de pasear, ser mirada, tal como somos, tan enfermos como somos.

martes, noviembre 23, 2010

de lobos y ovejas

Sería mejor enemigo que amigo, como si me acercara a ti procurando que me quieras para despues destruirte. Sería entendible si en mi alma se cobijaran los pecados, las sombras y el lívido de alguien dañado, como si hubiera aprendido a hacer daño en vez de amar, porque esa persona soy y tu eres tan noble. Como un bebe que solo sufrió el parto y te mira encandilado. Te haré sufrir porque me cuesta mejorar quien soy, pero eres importante y serás quien me haga mejor persona, maternal, como la mujer que soy. Y tu, tu lloraras en las noches cuando despiertes y no sabrás el horrible monstruo que soy, pero tendrás edad suficiente para decirme que me odias y yo, yo sólo desearé ser mejor...
Quizá no me conozco lo suficiente, quizá me importo demasiado, pero eso es mentira, ahora ya es mentira. Se que es sentirse miserable, dañado, confuso, conozco los motivos, conoci esos sentimientos, ya no tengo escusa, solo me queda ser para ti. Siempre estaré para ti porque ya no puedo lidiar con tu llanto porqué se que se siente, quiero verte feliz.
Te Amo. Te Amaré y Te Ame.


Para Jorge L. Gonzalez Hernandez

Cartas a un muerto

Increible, ya pasarán los años y yo aún estoy aquí, mirando la tierra e imaginando su profundidad. Tu, alli tendido y cernido: podrido. Cuantas veces me hablaste y yo te evite o hablaba de mi, cuantas veces reprochaba el abandono y yo con mis palabras te sentía lejano porque ni siquiera me interrumpias cuando lo unico que deseabas era prorrumpir con el chillido mas agudo. ¿Cuántas veces tratate de decirme algo?.
Ayer leí una carta tuya, ahora fui capaz de verlo, querias manifestarte, querias compañia, me querias allí porque sabías que no era tan tonta como suelo ser. Pero como diria don Neftalí "inteligente cien años despues"
¿Por qué ibas a ser tu quien me diera este conocimiento? Me mostraste lo mas horrendo de mis conductas, en especial, mi egoismo. Y ahora que puedo hacer, ni siquiera puedo preguntarte si estás bien, si deseas algo, si quieres conversar conmigo, si quieres patalear. Por qué no tuviste ese lenguaje al decirme estas cosas, ¿como habríamos podido llegar a ello? Cuando esta mierda de mente nublada nos hace gritar y no es suficiente, a pesar que dañes tu voz y tiembles... ya las personas no se comprenden. ¿Por qué no pude entender?

miércoles, noviembre 17, 2010

Sentada en una banca en la alameda de San felipe, todo parecia relusiente. El cesped era verde y estaba húmedo. El grifo de una esquina habia mojado todo a su alrededor. Corri a verlo, y de pronto me detengo en un charcho lleno de peces, peces de colores, peces grandes y pequeños, cruzandose entre sí. Ya no sabia que eran esos destellos, si el agua cristalina o los colores de ellos.
Soñe con tal deleite, he soñado contigo y cada vez siento mas tu ausencia. No sabes como se estrecha mi corazon para abrazarse a si mismo sintiendo la soledad que dejó tu cariño. Cada vez me cuesta más, cada vez lo deseo menos, pero que hare, es algo inminente en nuestras vidas, tu me vas a olvidar mas rápido...
Si solo todo esto se llenara de esta sensacion de gloria, la misma sensacion del sueño de los peces, lo sentiria menos, pero ahora... me ves aca extrañandote mas y mas, porque ya no veo esos colores.

domingo, noviembre 14, 2010

De los rosales al arrollo

No era más que el sonido escrupuloso de un alma desnuda, de un torso angosto que se estrechaba antes de prorrumpir con la creencia más cercana a la verdad. Ya no era esa voz de antes, que acudía al lamento, mas bien, era el candoroso recuerdo que acrisolaba su malestar. Se terminaban las preguntas y ahora, en este preciso instante, se abría el vasto sendero de opciones, de los pasos a la respuesta que tanto habia añorado. Era tiempo ya de caminar, dirigirse hacia su propia voluntad, con la huella mas pasional en el camino, junto al instante, junto al momento, junto a su presente, éste era ya el camino de una respuesta.
Ahora he de verte aquí, llegaste con una arruga en la frente, implacable. Que más puedo hablarte de tu pasado, si tanto tiempo caminaste sin rumbo, ese vagaje de preguntas, pero ahora te veo resuelto, al fin habías encontrado la pregunta que seguirías, esa pregunta tan poco especifica que te permitiría vivir el paso a paso. Y ahora eres tu, el reflejo de tu idea y de tu cuerpo.
¡Ésto jamás fue una lucha! sino, el vagaje de la experiencia y el encuentro con la casualidad de tu esencia. Y te encuentras aquí crecido, potencial al ser que siempre fuiste, completo y concluso. Ya ves, ¡esto jamás fue una lucha! esto fue ser sensato como el hombre que mira sobre la cordillera y admira de lejos las callesn y cada casa formando un plano, un dibujo de lineas, sin personas, sin emociones... honesto como tan solo decir la palabra "es".
No lloraste por una guerra, sino por angustia a tu propio tiempo, esperando este momento...Al fin se ha resuelto tu "cuándo"

jueves, noviembre 04, 2010

Silencien al sordo

Me miró prorrumpir ante la mas endeble y pesada figura humana, yace allí como tenso y feliz, amortajado. Más que el recuerdo era su vos muerta en el presente, era ahora, ahora, sí, justo en este momento cuando me hablaba, cuando me comunicaba su muerte, en el shock de mis reacciones, sí... el me vociferaba y yo... ¿qué podría hacer yo para callarlo, callar este presente?. Era la historia contada con imagenes entre cortadas, mezclando la historia entre la cama y el ataud, las reacciones lentas, presentes. Que callen mis ideas para poder sentir el silencio, la inconciencia y el deleite de este momento... invaluable. Y vuelve la ambivalencia del luto, presente contra el pasado y el futuro, el presente contra la voz...
Me gritas bajo cinco pies de distancia: ¿que harás?
Me gritas despues de dos meses: ¿donde estoy? ¿me recuerdas?
Pues así...polvo, ignorante polvo, de tu vida caminas desde el fin hasta tu extincion.