Lo que fue una historia basada en la ilusión perfecta se transformó en la horrorosa verdad, así de fácil y carente de dudas, dos personas se olvidaron. En el fondo siempre fui rara, he armados cuentos sobre amor tantas veces que ya poco a poco dejo de creerlos con facilidad, me hecho escéptica de lo que mis ojos, manos, pulso capturan.
La última conversación fue la anatomía de lo oculto, cada momento relatado de esquinas opuestas que desmoronaron los sueños. Me dijo que aquella y esa otra vez fueron juegos, palabras borrachas que nacían de una misera posibilidad de éxito. Que yo sentía demasiado para ser real, y que lo que fueron mis fantasías, para sus oídos eran meras mentiras. Arrojó todo con un inescrupuloso desamor, y bien saben que tuve que convencerme que él no era aquel... ¿y saben que me preguntaba? "¿cuántas veces deberé amar en vano?" ...
Me había preguntado antes "¿cuántas veces tenías que irte para que fuera definitiva?" y ahora no tengo deseos de contarlas, tan sólo sé que te fuiste y lo hiciste tan fácil. Hablaste que eramos incompatibles, que me fuera a los brazos de quien me quisiera que tu no lo hacías ni lo ibas a hacer... y ya eso era suficiente para ver como todo habia sido mentira, que yo no era aquella que mentía, que era él... siempre fue él. Si realmente no te iba a importar que yo te extrañara, yo tan solo no te importaba.
Que vuelen lejos las mariposas de mi alma que ya no deseo creer en ellas...
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