jueves, septiembre 21, 2017

La paradoja del azar y el quiebre: felicidad

"Que la inspiración te pille trabajando" dicen algunos, mientras que otros poetas se quedan sumidos en la modorra. Que quizá no es la historia, sino tu nombre en ella lo que va a importar cuando pase el tiempo. Y mi letra sin descripción, sin hilo, sin palillo, sin costura, sin forma, se enlaza a mí como si fuese la personalidad y no el relato. Somos soñadores triviales, de sílaba muda y letra muerta, así me lo dijo la sombra que estila desde mis pies. Fecundo desde el alma, amanece un pensamiento, seguro como el sol a la misma hora y yo lo anochezco con las cortinas del pasado. Paradoja escurridiza, que confunde lo que he sido y lo que quiero ser, como si fuese destino volver a errar, como si fuese destino haber vivido. Paradoja escurridiza es doler por lo que he sido y pensar que soy, cuando no quiero ser y deberé ser. Paradoja de cuitas que se posa como corona, hegemónica por falta de quiebre, por falta de una oportunidad, por falta del olvido de mi. ¡Dame la suerte de olvidarme! ¡Azar! ¡Oh, Azar! eres el amigo que me falta.

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