miércoles, septiembre 27, 2017
Me inquieta la burla ante la ignorancia, en especial cuando veo cosas que se me han pasado por la mente y las he dicho de forma pública. Me siento ridiculizada, torpe, carente, a pesar que no sea yo quien ha sido sorprendida diciendo esas cosas. Esa inquietud me genera inseguridad al defender una reflexión, porque eventualmente otra posición, con más conocimiento , la reduciría hasta que no quede ni un resabio. Quizá eso sea bueno, porque las ideas más poderosas requieren de tiempo, trabajo, dedicación, disciplina, porque no sólo son buenas por ser atesoradas por nosotros mismos, sino porque una idea fuerte sobrevive en los contrastes.
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