De pronto, en una mañana cualquiera, el viento me trajo la visita del hedonismo, pues en un día es posible comprender más abiertamente lo que consta buscar la satisfacción, que es como el fuego que se apaga con agua, la mano frotando a la otra para generar calor, dos musicos llevandote al mismo lugar, y ocupar el mismo lenguaje...
La oda a la oda, es alabar lo que es en grande... la vida.
Hay civilizaciones que no se han construido con las manos de la razón, sino, de ese sonido cascabélico que responde al presentarse con algo, allí la sabiduría se asoma. De pronto cuando las cosas son, son hermosas por estar, y hermoso no es más que eso.
Recuerdo la última vez que me sentí así...
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