No podemos armar la muerte con sutilezas, ni siquiera con megalomanías con tildes de pesimismo. Pero la desesperación es un acto, y así mismo lo es el acabamiento. ¿Cuando realmente estas sometido a lo ajeno?
Pues esa noche había sido difícil, mis queridos amigos, el cuerpo sin avisar se apagó pero produjo un tipo de alma en su interior, la cual gritaba "¿llegó el momento de morir o nuevamente estas jugando? ¿Cómo llegaste a esto sin pastillas?" . Tenía miedo de esa situación, ya le había llorado poco antes en una discusión, que de lagrimas se repitió un discurso preparado: el abandono que te lleva a ese suicidio inexorable. Por última vez, perdí el hilo de la historia y de esa lógica de psicoanalistas-estructuralistas-sistematisistas. Sí, estoy sometida a lo ajeno que sin golpe he caído derrocada, pero es eso. Sin esperanzas,ni nuevos yoes, la angustia se convirtió en deseos de vivir y tomar decisiones,sin mentir más que el uso del aprendizaje, el cual debería mantenerse en el recelo de su verdad.
Y tal como llego a eso, llego a nada... fútil, nimio, miserable, frívolo...
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