La respuesta: somos humanos.

Estábamos solos en mi casa, no sé por qué estaba tan triste aquel día, tu merodeabas por alli buscando algo para mí y yo estaba sentada en la tina y por alguna razón que desconozco, puse el tapón en la bañera y abrí la llave de agua helada de a poco se empezó a llenar, llegaste al baño apoyándote en la puerta.
- ¿Qué te sucede mi niña?
- No lo sé… tengo dudas… ¿me amas?
Esa mirada tan dulce y tranquila se acerco con tu boca y tu cuerpo, metiste los pies con zapatilla y todo al agua y te arrodillaste ante mi tomándome con tus dedos, y deslizándome al agua también. Tu beso, el beso mas grande que puede existir, es la mejor respuesta a aquellos recelos que aparecen de pronto en mi cabeza; al fin digo “tengo una respuesta”.
Paulatinamente empezamos el arte del desprendernos de nuestras ropas, dejándolas en el agua sin importar el cómo volverías a tu casa o que explicación le daríamos a mi padre cuando volviera y nos viera mojados a ambos. Entramos a tal paroxismo de nuestro cariño, entre las ropas, el agua gélida y la dulzura de los perfumes humanos, miles de abluciones de su fragancia quedaban sobre mi piel amarga. Después de acabar, nos tendimos en las sabanas de agua y colores, en este momento no me molestaría quedar ateridos, quedar con tu cuerpo sobre el mío y pensar que desde hoy eres más que libre. Después que nos despidamos nos quedaremos con la verdad de todo, eres lo que mas amo en el mundo, amo tus ojos, amo cada célula de piel, amo sentirte mío… pero eso va a cambiar hoy, por qué ahora sé que no eres mío: un préstamo de la vida, felicidad por tu persona.
Sobre la cama había un celular, al parecer el celular de Vicente, estaba con un mensaje en la pantalla, un mensaje que había sido recibido hace poco:
Recuerdo cada momento de ayer, espero que tu polola no se entere, es nuestro secreto. Espero que hoy te metas en mi cama al igual que ayer. Besos y espero con ansias a que vuelvas a verme. Catalina.
Una silueta se aproxima a la puerta envuelto en una toalla, se sienta en la cama y nota el detalle del celular.
- ¡Gabriela!