Que mejor memoria es aquella que eres capaz de recordar tanto, porque todo momento te marcó como una persona feliz. Alfonso era así, hijo de un padre que era Detective, una madre cariñosa, y con el ingenio de un pilluelo afortunado. Fue a los mejores colegios de su ciudad, y fue expulsado en cada uno de ellos, aún así, la gente le regalaba amor sin dudarlo, por su alegría, por su jovialidad. Trabajo de forma esforzada, pero la suerte no demoro tanto en llegar, estas personas le dieron un buen puesto, una buena jubilación y una familia feliz que se podría sostener sin mayor conflicto gracia a lo que ganaba. Nunca quiso opulencia, pero si disfrutaba dándose sus gustos. La comida, o que magnífica era para el la comida. Por un excelente paladar y técnicas aprendidas a lo largo de su vida, era capaz de producir las delicias mas definidas.
Afortunado, el caballero lo era, no cabía alguna duda de ello. Quizá tuvo mala suerte en algunos momentos de la vida, pero aquello reafirmaba mas su sonrisa, la cual llevo puesta hasta que bajo 5 pies bajo tierra.
Para Alfonso Covarrubias Y.
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