Muchos hemos experimentado luchar con muchas fuerzas contra nuestros demonios y conseguir nada después de ello. Es una experiencia que puede ser compartida dependiendo la gama de problemas o barreras que puedan llegar a construirse en nuestra vida. La mía tiene un nombre desde la salud y se llama "depresión bipolar". No, no estoy loca ni mucho menos soy un caso serio del cual las personas puedan sentir pena, sólo habla que tengo un puño con los nudillos rotos que golpea dentro del pecho en cada ocasión que no pueda controlar, una incapacidad, una niña que aún no puede aprender a leer bien, una persona con un fantasma que no puede dejar de tenerle miedo aún. A veces ese puño toma tu vida pero con dedos frágiles y no logra levantar nada, por lo que termina rompiendo con su experiencia, y con dolor golpea el cuerpo haciendo brotar lagrimas después de la frustración.
Lo que quiero decir con esto, es que no importa el problema, sino el ejercicio de tu vida, que hay cosas que hay que dejar de ser, dejar...dejar...y volver a ser una persona en paz. Los malos hábitos nos son ejercicios para hacerse fuertes, sino la forma que nos damos cuenta que debemos aprender a dejar de ser ello.
Recibir, pero no todo. Aceptar lo que es bueno... y aquello sólo será un significado que tu le des.
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