Si constantemente nos atraen ciertas personas o personalidades muy hijos de putas, aquellos que tienen el rabo bien levantado y su dignidad llena una pieza ¿por qué no tener como ídolo a este Dios cristiano que se comporta como un conchesumadre con nuestras vidas? Lanzar unos calzones al escenario del cielo, gritar como una bruja y desear ser poseída para que el te salve... o mejor no, es mejor cuando es un maldito bastardo.
Para ser perfecto, también debía ser un imbécil sin escrúpulos
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