Cuando esta persona me dijo que era muy normal, no pude evitar reírme. Ojala me viera como tu, le dije, porque así me entendería un poco más. Quizá sea más tonta, que no tenga esa capacidad que tu tienes de ver las cosas, pero siempre he pensado que hasta las palabras que salen por mi boca se enredan solas, ya que vienen revueltas desde mi cabeza. En ningún momento estar loca me volvió especial, mira a mi alrededor y ve lo sola que estoy, y cuanto duran los afectos hacia mi, como si mis afectos tuvieran dedos venenosos que van rompiendo los vínculos que pueden establecerse, y asi se marchitan con mis malas ideas, las buenas amistades, los pasatiempos y mi intelecto. Quizá sea más tonta de lo que pienso, pero ya no quiero demostrar lo contrario, ya no me cabe duda que soy una escoria.
Si yo te dijera que mi problema no es la locura, que no es pensar, que es lo que llevo adentro, aqui bien apretado al pecho, lo he necesitado siempre... me siento sola. Mi misterio no se encuentra en mi silencio, sino en la falta de oídos para poder susurrar. Yo no entiendo realmente, porque me he vuelto cada vez más lerda, que me quieren aqui para limpiar los pinceles del arte de sus palabras. Ahora, ha vuelto el arlequín.
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