martes, septiembre 25, 2012
Devorador de silencios
Juntaba sus manos sobre la mesa, ladeando la cabeza un poco, mostrando un gesto de incomodidad. De allí viene una pausa de su preludio. Su voz comenzó a cantar una serie de circunstancias que habían menguado todo aquello que fue un sentimiento de cariño. Cerró los ojos para respirar un poco, de alli vino la pausa de los violines que chillaron mientras que las lágrimas caían. Y preparando el fín de la conversación, en redoble de tambores preparó la palabra: lo siento. cayó el telón y la gente se devolvió en silencio a sus casas, para echar palabras en su pecho, algunas angustias, algunos errores, algunas malas palabras y por sobre todo, el silencio de la frustración de una mala obra.
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