El sonido de mi cabeza se confunde con el cigarro que se va quemando paulatinamente, mis manos frías lo acogen, mientras mi cuerpo descansa mirando hacia el borroso tiempo que ha pasado desde...
Desde que su frente humedecida por el escape de sus pasos que corrieron por la avenida, desde que el candor de sus labios se habían perdido en el habito de otra con el, y yo me quedo mirando tendida en el presente...
Y lo miro como si quisiera que algo pasara, que se apareciera por la puerta y desplegara sus brazos para el consuelo de tardes hermosas y solitarias, que se confunden con el amor hacia uno mismo y así mismo ese día...
Ese día se perdió en mi recuerdo, ¿Era ese el destino que le veía a todo esto? Pero era así, era como hoy... te olvide... maldigo el día que te olvidé..
Olvide como otras veces olvido, olvide parte de lo que fui, la persiana, la persiana ocultando los arboles que se mesen en días de otoño como éste... Y te extraño, extraño tu mirada perdida en el obstáculo de mi mente, que se confunden con el color de las hojas que cambian de color en otoño, manteniendo el verde y el café, manteniéndome a mi con el café en la mano...
El café en la mano y el pucho en la otra, te ubico así, como el equilibrio de mis días malos. Te encuentro en mi... ahí estas, el olvidado y tu en mi ser sin poder recordarte.
1 comentario:
Muy bonita esta entrada. Me alegró tu comentario. A veces una necesita ser escuchada.
Leeré todo con más detenimiento. Puedes hacerte seguidora de mi blog, me haré del tuyo si no te molesta. Un beso fuerte desde Sevilla!
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