La almohada se habia transformado en el crudo suelo que cobija al suicida, al cansado, al ebrio, al avandonado. El dia transcurría y no podía hacer nada al respecto, la cabeza ardía, quemaba desde dentro, sentía como explotaba y mi cuerpo solo trataba de retenerlo todo. Cuando me movia sentia el crujido de mi cuerpo balanceandose como el derrumbe en un cerro, mi piel expelia ramas, raices que me agarraban a la cama, queria dormir, queria, queria, queria algo que ya no podia ni siquiera pensar. Y son las sombras de alguien que ya paso... dime, dime, dime, dime como puedo mejorar.
Y ese deseo desesperado de decir: ¡pasen caminando sobre mi cabeza, se los ruego!
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