sábado, junio 07, 2008

Linea imaginaria

A veces no me encuentro tras esa máscara, detras de las historias que me relate tantas veces, las veces que me ilusione con tesoros escondidos y sigo buscando hasta desilusionarme y esperanzarme de nuevo.
Recuerdo ese día frente al espejo, sacandome de la piel todas las máscaras adheridas. Entre ellas encontre una muy similar a mi verdadero rostro o el que me imagino tener, en ese instante sentí algo por mí, me encandile como otras oportunidades lo habia hecho con esas personas, que son tan humanos como yo... pero aun así, mi caminar ante ellos es atolondrado. Ante esta situacion note cuan acertada estaba inconcientemente, ya sea por el hecho de encontrarme jugando en la linea de la discordia, entre dos lugares, saltando de un lado a otro. Entendi que uno de esos lados me cegaba, que cuando miraba habia algo dentro de mi, una fascinacion por cada parte...
Me enamore de la belleza y ese fue mi limite y he comprendido todo este tiempo mi rechazo a ese rostro, el hecho de ocultarme... no puedo ser bella, no puedo encandilarme con mi imagen, podría volverme loca!, podría mirarme como los miro a ellos... tan frustrada.

Otro cuento a mi vida, otra mentira para creerme, tras eso me oculto nuevamente detras del papel maché.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tengo miedo en noches como esta. Esa efervecencia que comienza en el estómago, rumiando recuerdos que se vuelven rabia, y culminan en espuma sobre la boca, una espuma con gusto a miedo, a ese miedo a las infinitas líneas imaginarias que bordeé.

No he de poder despegar jamás el tiempo que nos trajo la caía del otoño anticipada, como un brindis antes del evento, como una luna sin naufrago.

Y entre todos los recuerdos sobre la escarcha, te recuerdo como a una hermana, al borde de la puerta, viligando los espejos para que no me reflejaran las pesadillas que temo. Y te agradezco, como un animal indefenso retrocedo, y tropiezo entre la oscuridad, y erro y vomito de vez en cuando las fuerzas que me faltan para seguir con las amanecidas, con las amapolas deshojandose solitarias...

Es un túnel magenta el que me espera ahora, que se cierra lento tras mi espalda, y tapizando las paredes se encuentran tantas letras como los pétalos que alguna vez deposité en mi biblioteca...

Que hermoso el rincón que tejes, había olvidado la magia que te envuelve.

Un beso tierno. Malina.

Andrés dijo...

He vuelto a desangrar mis lápices.