De tantas fantasías nocturnas una mujer se acercó a una silla que estaba cerca de mi, y me preguntó ¿Qué piensas hacer ahora?. La miraba como si la conociera, o quizá era la sensación que provocaba su pregunta. Pensé bastante en ello. Hasta que por fin la confesión se apoderó de mi lengua contradictoria. Me arde el desdén de la vida, cuya indiferencia me hace desear de tal manera cosas que vuelven mi tiempo infinito, intolerable y tedioso. Hasta que por azar, ya que la vida no tiene mente, me da esperanzas vagas de algo que pueda quedarse, esa mirada tierna, compasiva, provocando la ilusión de ser importante y que es el momento que tienes que tomar decisiones cruciales. Te acrisola la vida hasta que comienza a quemar de nuevo, corroe...Y eso que espero toda la vida que llegue es una persona imaginaria que me hace caer en la posibilidad de encontrar a alguien, más mis ansias que tiene este corazón solitario que desea dependencia y vínculos, escucha en el pastizal unos pasos similares a los tuyos cuando solo es el viento. Me esta volviendo loca la soledad, la espera, las ansias, el deseo. Hasta que llego a soñarte como un hombre de cemento golpeando mi puerta.
¿Y que pienso hacer? ... que mas puedo hacer si no puedo matar el deseo, ni las ansias... no se que creer... espero cosas que me duelen.
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