No tengo dinero, no tengo drogas, no tengo tatuajes, no soy mistica, no soy simpatica, no tenemos amigos parecidos, no pensamos lo mismo, no escuchamos lo mismo, no opinamos lo mismo, no leemos lo mismo, no fumamos lo mismo, no bebemos lo mismo, no hacemos lo mismo, no nos enamoramos de personas como nosotros, nos odiamos, nos detestamos, nos aborrecemos. No tengo absolutamente nada que pueda unirme a ti... Pero ese día, esa mirada...Esa risa.
Era el caliz de una noche mal aventurada, de miradas extrañas. Sobre tus piernas se agitaba lo mas irrisorio de un seudo-romance de una boca lejana y el toque brusco. En el ardor de la luna que se quebraba en el vidrio de la pieza, se veia tu pupila dilatada mientras que sostenias mi cuello fuertemente con tus manos... y fue eso más un orgasmo oculto, que se desencadeno en culpa y confusion. Un no-beso, un no-abrazo, un no-quiero y un vete (no te vayas) que se desataba al ver tu sombra rodeada de humo, entre las sabanas rubí-fucsia-rosadas-rojas la sangre del labio que fue mordido... bajo la almohada... si allí estaba, entre el sueño y la realidad...
Como el día, como la noche; te vas y te duermo... La habitación sabe del talon, del codo y del beso; de la mano, la rodilla y el deseo. Mañana te escapas al estirar mis sabanas
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