Fragancia

Labraba la tierra, una huerta que bañaba la casa de un esquicito olor, sus manos con tierra y el trabajo con el sudor... Al entrar a la casa, sus huellas en la puerta nos llevan a los recuerdos, La Sra. Quintana se lavaba las manos en el fregadero, mientras que unas pequeñas manos tomaban su vestido. La ternura replegada en botones, la mujer toma de las mejillas henchidas y rojisas de alegria de su criatura, y la nariz huele la tierra mojada y el esquicito olor a cilantro. Me recuerda a mi madre, las manos heladas y las caricias que son especiales de su olor salado. No me salen mas que recuerdos y unas ganas de abrazarla y besarla, besar sus manos, besar la sutileza...