el chaleco

Todo habia sucedido, de nuevo ese momento intimo que te parece indiferente, ese proceso de pasar el dolor en placer habia transcurrido en un dia de retorno. Volvia a casa con las uñas pintadas y de nuevo con ese gesto de adultes que mis padres reconcen en mi, miraba como las aves se alejaban en el crepusculo de un dia rosa y naranjo. Me preguntaba si al llegar a casa podria alargar las mangas de un chaleco tejido por mi abuela, uno verde pastel, para asi encubrir la mujer en mangas cortas de un tesoro del recuerdo. ¿podre prolongar la inocencia? ¿disfrazar mis actitudes con un regalo de la niñez? Pero que mas hermoso regalo fue ese, vestirte de inocencia, calor, sentir calor, hace tiempo que no lo siento por estar en esa ciudad que me va convirtiendo en una persona mas rebuscada en mi propia pneuma. Quizá pueda tejerle unas mangas nuevas y asi acordarme lo facil que era SER.