Hola, soy yo de nuevo, no sé si me recuerdas de todas esas noches que entorpecí tu calma con pensamientos pulsantes. La verdad de las cosas es que hoy me siento un tanto estúpida, no porque hiciese algo torpe, sino porque me siento banal y con un ego increíble que me hace pensar que debo mirar a los demás hacia abajo. Pero en realidad soy tan efímera, una masa de carbono que piensa a lo largo de su vida que aporta a algo, pero se consume en su propia inmundicia mortal. Me siento un costal de mierda, orgullosa y banal, pienso que soy la tuerta cuando de verdad soy una ciega más. No sé, me siento como un loco que se recoge en la esquina de una habitación, debatiendo sus propios delirios, encontrándose en la tumba de la soledad.
No, ya no quiero hacer más proyecciones que sólo me contemplan a mí y a mi sombra, no quiero debates de delirios, no quiero sueños que se acaban en mis incapacidades. Te quiero a ti, amor, junto a mí a cada momento. Te quiero a ti, amor, mi contradicción.
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