La fuga y la locura líquida. El temblor de las llaves de mi alma, y un plomero que atornilla el cuello y bombea el pensamiento. Abre mi cabeza con un cuchillo para pelar papas, deslízalo por mi frente hacia atrás y arriba separándome la carne en dos, llega a la espalda y a la cadera. Toma mis huesos para tenderlo desde tus dedos. Manípulame, soy vulnerable para ser manipulada. Y en el cuerpo pareciera habitar el alma, incluso cuando la piel se ha separado de los huesos, los huesos de los músculos... ¿Dónde habita el sentimiento? En la conjunción del cuerpo preparado para recibir vida...¿Y donde está el agua? Porque el alma pareciera ser gas que con el calentamiento del cuerpo se detiene en los platillos de los párpados.
Saco mis ojos y me los meto a la boca, arranco mi lengua y entre mis manos la deslizo hacia mi cuello. Ana-lizo, separo, entiendo, voy por mi cuenta. Soy una mezcla putrefacta de caminos cansados y brazos cruzados. Sin máscaras la vergüenza de la desnudez.
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