Podríamos extender una sábana sobre nuestras cabezas y jugar a que el mundo es sólo una ilusión, simulando que podemos ser más de una persona, prófugos en un subterráneo, un niño con miedo a los monstruos que están bajo de su cama, fantasmas naciendo... Podemos creer que hemos pasado a mejor vida, amortajados... Podemos... puedo... podría... a veces... a veces tan sólo quiero quien comparta mis juegos.
Como una niña solitaria pidiendole a la madre otro hermanito, conmigo ya no basta...
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