No me dejen aquí... no me dejen sentada en el pasillo para esperar mi muerte como si fuese mi único destino, uno solitario y transitado de pasajeros ocasionales, no me dejen esperando aquí para ver como los amados se van, y las desdichas se quedan.
Llévame, llévame porque a veces no creo en lo que construyo pero ya no soy capaz de tomar la decisión...llévame o enséñame a vivir sola... a no necesitar nada ni a nadie.
Amargura de vidrios rotos en la piel, que ya no se puede pedir, que ya no podemos necesitar, que la intimidad se vuelve soledad...
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