jueves, noviembre 17, 2011

Me dieron una cuchara

La vi bajar por la escalera y me quedé helado, no la conocía en lo absoluto pero con tan sólo verla un par de veces, eso ya era suficiente para descolocarme. La veía bajar por la escalera como si la siguiera un haz de luz como aquella que iluminaba su cara antes de lo sucedido, cuando dejo su pie en el suelo terminando su recorrido sentí el sonido de un golpe, muy similar cuando alguien atropella a algún animal en la carretera, pero mucho mas suave. 
Venia de unas calles, miraba un letrero que tenia una luz fluorescente tras el papel, yo me sorprendí por verla de nuevo, hace meses que la había visto. Pensaba en bajarme, además por las demoras en el metro como cuando el anterior presenta un atraso y hay muchas personas esperándolo, demorando así ser abordado. Ella dio la media vuelta y se acercó a los rieles del metro, con la cabeza baja mirando la linea amarilla bajo sus pies. Sonaba la aproximación del metro que venía de su lado , cuando miró hacia al frente, el guardia de chaqueta amarilla la vio y comenzó a correr rápido. Yo a la vez corrí hacia la puerta del metro antes que se cerrara. El metro comenzó a andar y entre su andar sentí un golpe y unos gritos. Los segundos que demora el metro en pasar hasta retirarse me fueron infinitos... cuando como una cortina muestra el telón, habían mujeres cubriéndose la cara con las manos, algunos abrazando a algunas, otros mas intrigados y sorprendidos, como si algo anduviera mal con los espectadores. Desde ese momento y al correr hasta el otro lado, mi cabeza iba eligiendo imágenes de las que estaban afuera, hasta que llegue y lo único que pude pensar fue: ni siquiera tengo el número de su familia. La gente se iba acercando al lugar, mientras que los guardias gritaban algunas cosas como para apartar a grupos de morbosos, sonaban los walkie talkie y los parlantes de la estación. Unas personas se retiraban decidiéndose tomar otro tipo de transporte pasando por esta rejilla de vidrio que impide el paso por el costado de los molinetes. ¿Cómo una acción como esta puede cambiar el día de muchas personas, perturbar el orden de tal manera, cambiar rutinas? Y su familia, la cual apenas conocía, cuanto iban a cambiar de aquí en adelante.
Y yo aún no tengo su teléfono, ni siquiera pude decir: Yo la conozco. Porque no habría servido de ninguna ayuda. No, no la conocía ... pero algo me sucedía. No, no la conocía. 
Esa fue la Historia, quede muy absorto esa ocasión, siempre he tenido pensamientos depresivos, pero yo no la conocía, quizá me hubiera agradado más, habríamos tenido una cuchara de palo para cavar nuestra tumba a lo largo de nuestras vidas mientras que paulatinamente nos cansábamos y nos reíamos, mientras que cavábamos y menos deseábamos morir. 
Creo que la hora terminó, supongo que aun tengo mi cuchara. 

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