viernes, septiembre 03, 2010

El cuerpo sobre un fondo negro y tejido con lanas rojas.

Otro momento inutil, aquel que no lo puedes relacionar con nada, que no te manifiesta ninguna sensación fuerte, insípido, otro momento bello pero fácil de olvidar. La vida se llena de esos espacios en blanco, como un retrato mal acabado, como una expresión ambigua; pasa el tiempo y la vida se vuelve breve, como un estupido plano cartesiano donde puedes situar una vida a traves de una linea, en un espacio determinado, notificando una situación dentro ciertos parámetros. Al fin y al cabo, sólo percibes con todos tus sentidos ese momento y parece infinito, incluso llega a dar esa sensación que jamás viviras un momento como ése o quizas no lo olvidaras jamás, pues despues de los días sólo recuerdas que olvidaste algo muy importante y sí, fue aquel momento, aquel dichoso momento, luego de eso te sostienes tu cabeza con ambas manos, maldiciendo el minuto en que lo olvidaste y temiendo que todos tus buenos momentos esten absortos en tu personalidad, que ya no sabes distinguir esa perenne y particular sustancia que se ha arraigado a tu piel, volviendose poco tangible, indistinguible, una capa más a lo que llamas tu, pero lo sabes, lo has olvidado por completo y sabes que también has olvidado parte de ti misma, al igual como olvidaste como se caminaba y sólo lo haces, sin esfuerzos...
Sin embargo hay otro tipo de momentos, esos que se clavan en tu cuerpo como una aguja hasta atravesar el otro lado, queriendo ser parte de ti, pero son tan fuertes, tan dolorosos que los dejas pasar, pero te destruye, dejandote secuelas, al fin y al cabo, no eres esa situación, sino la inevitable consecuencia, esa herida lejos del arma punzante, el tunel.
Muchos hablan de los ultimos momentos de su vida, como si hubiesen estado comprimido por tantos años, pero en tus ultimos segundos rompes esa barrera y te disipas en los recuerdos, como el vapor que te eleva, ese vapor que cuando mueres hace que tu cuerpo pese aún más, como si fuera Helio.
Te preguntas y te respondes a ti mismo, sabes que vivir sin algunas personas no te acabara, pues es lógico, la vida continua, pero podría ser mejor si eliges una forma de vivir: luchando, siendo alegre, pensando positivo, siendo pesimista, con metas, da igual, eliges como ver la vida según tus potentes opciones, puedes decir el discurso que deseas, que luchar por alguien es mejor que desistir, que buscar una vida fácil y tranquila hace bien. Pues ese es el poder de cada opción, que se respalda por cuan consecuente es con la realidad, con tu punto de vista. Pues ya da igual al paso del tiempo, ya esas opciones son tan irrelevantes con respecto a su poder, porque ya eres alguien, y la proxima opciones que tienes, el proximo cambio no es mas que una secuencia dada por un factor claro, eres potencialmente algo. Pues así funciona tu memoria, como la gran trampa que hace tu vida miserable cuando lo comprendes, y digo miserable porque no hay otra forma de darse cuenta de esto sin tener un desarrollo que te haga pensar aquello.

1 comentario:

Otro Alguien dijo...

me da paja comentar algo decente, pero te aviso que lo leí para que no me retes :p

no sé por qué siento la obligaciñon de leerte
es raro
como la vida, como tú, como super pollo no hay

nos vemos andinilla