Besaron los pasos, como su almas desgraciadas lo proponía; Cambiaron el cielo por el mar, para así limpiarse de sus pecados. Pues el éxodo aparentaba una partida inexorable, pues se marchaba en una caja de vidrio, todos podían ver con cuantas ansias se escondía. Pues esa misma caja era más llamativa que su propia partida, muchos preguntaron la razón de esconderse y verse obvio, otros pusieron sus palmas en la cara, deseando que pronto los pies de esa persona retornara frente a ese cuadro fascinante. Pues la madre creadora tiene dientes filosos, los cuales cierra para capturar su presa, para drenarla, para parirla cuando el tiempo se haya cumplido. Nadie dice que ella viene atrapando a sus hijas, sólo los tontos con cajas de cristal se acercan a ella porque añoran nacer de nuevo.
La salvación viene en paquetes mundanos, en historias, tras esas historias que sucedieron mientras cargabas la caja de vidrio, vinieron los momentos de gloria para el ego y un altruismo destruido, reconociendo que cada cosa que salva ha querido ser expuesta ante el peligro.
Así lo vi yo ese día, cargando la duda...
1 comentario:
La multiplicidad es la verdadera arma de transformación... somos todos héroes trágicos en la nave cúbica del silencio, o de la ausencia, o de la propia soledad. Pero le creo a Odiseo, a que pasan las personasañospaisajesperipecias y aún así es el viaje lo que vale la pena.
Se te extraña por estas latitudes.
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