jueves, junio 13, 2024
Una Palma que azota la ventana
Años sin escribir y vuelve a tener sentido.
Me repetí durante 3 años "me quedo porque algo me hace sentido y no puedo entender qué es".
Me hizo sentido esa semana donde propuse lo que mi corazón sentía, pese a que no resistiera lógica, pese a que nada podría sostener esa idea. Lo brutal es que lo amo aun, de la forma más misteriosa que hubiese pensado. Lo amo como un brujo, como aquel señor que se esconde en las tinieblas, que me hace daño, que me atormenta, como deseo morir. Lo amo brutalmente, fuera de toda norma o comportamiento de subsistencia. Y lo supe siempre, lo amé, porque lo aceptaba a pesar que me hacía tanto daño. Y es probable que quisiera ser lastimada, lastimada cruelmente por algo que nunca le he podido encontrar sentido: ser lastimada por quien te ama y amas. No tenías que mentir, pero lo hiciste. En serio no tenías que mentir. Ya podría aceptarte sin que me mintieras. No tenías que ocultar tus intenciones, porque no era necesario que mintieras. No tenías que tener tanto temor a perderme, no tenías que tener tanto temor para desear controlarme. Yo no te amé porque fuese buena, te amé solo porque pensé conocerte. Y me miro a mi misma, deseando ser amada siendo un pedazo de persona, un pedazo de mujer aceptable para el otro, objetivable para el otro, deseando mentir al igual que tu para recibir un pedazo de ficción. Me dijiste "todos ocultan cosas, entendiendo eso nada es decepcionante". Tu conocías mis tinieblas. Me volviste libre y prisionera. Libre al permitirme ser, prisionera al tener miedo.
El amor que sentíamos nos iba a exterminar a ambos, pero no se iba a exterminar a sí mismo.
Y ahora que comprendo esto, que el deseo de continuar es convertirme en solo un pedazo de mi, un pedazo de mujer aceptable, prefiero quedarme en la inmensidad de ser todo, de ser completa, pero completa en mi soledad.
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