jueves, marzo 29, 2018

Relaciones normalmente esquizofrénicas.

Las conductas culturales que surgen en torno de la reproducción son múltiples y vacilan entre: apego y desapego, cooperación y dependencia, afecto y falta de afecto, etc. Este problema se vuelve más complejo aún cuando estructuralmente se vive una relación de dominación con la persona por la que tienes impulsos sexuales. Tratar de entender las relaciones interpersonales cuando hay dominación puede ser digno de un análisis Batesoniano en cuanto a los niveles del habla, análisis usado para explicar causas sociales en la esquizofrenia. En nuestra cultura hemos adoptado un término, que en lo personal me parece horrible, llamado "conquista". La conquista, mismo término usado para la dominación española en tierras indígenas, es la forma por la cual las personas expresan su atracción. Pero bajo un sistema patriarcal, no siempre hablamos de una atracción consentida, sino una meta objetivada y lograda. En cuanto al periodo de conquista (práctica completamente patriarcal) se usan las mismas prácticas culturales de manifestación de afecto o amabilidad: invitar, comprender, acercar. Para quien es dominada bajo este sistema hay un punto donde ya es difícil reconocer cuándo la práctica representa cariño genuino o representa una intención. Tema que incluso ha sido discutido con el famoso término de la "friendzone". Claro, la pista es mucho más clara cuando se manifiesta el término, pero en la práctica, en la carencia de la catalogación, genera paranoias, inestabilidades, en aquella persona que es objeto de conquista. 

Bajo esta premisa ¿cómo resolvemos esto?, ¿limitamos nuestra interacción con nuestro dominador?, ¿evitamos cualquier signo de interés? Ante esta última pregunta me respondí que esto era peor aún, porque aceptamos el lenguaje esquizofrénico en las relaciones interpersonales y coartamos cualquier tipo de afecto. Aceptamos el lenguaje porque lo asumimos como parte del comportamiento, aseveramos hay doble intención, lo cual anula la posibilidad de expresión de equidad. Consecuente a esto, imaginamos que hay selectividad cuando la misma práctica replicada es de quien la deseas, y ahí todas esas frases machistas cobran sentido, ¿no?, "se quejan sólo cuando el loco no les gusta" (claro, ¿acaso debemos aceptar todo?, no). Y quiero aclarar bien este punto, la selectividad y la vez del consentimiento también puede incurrir en la objetivación (Es chistoso cuando la crítica machista es una forma por la cual se delata el otro y nos patenta la dominación). 

Hace un tiempo comencé a preguntarme si el "consentimiento" era suficiente, pregunta que surge con el caso de la denuncia del comediante Louis CK, puesto que todas sus agresiones sexuales habían sido "consentidas" (Consentidas en el sentido que las mujeres habían dicho que sí). El mismo comediante, luego de la denuncia establece que al ser un hombre hipersexualizado y con un fetiche tan grande por la masturbación, pedía si las mujeres lo podían observar en el acto, donde ellas asumen haber accedido. Él dentro de su propio análisis dice, sin negar las acusaciones, que el tenía una posición de poder, era mirado como un "ídolo" de su área, lo cual favorecía la aceptación de las mujeres, incluso cuando ellas tenían dudas. Usaba su posición de poder para el acceso. Es decir, la agresión ocurre con consentimiento. Cuando analisé esta situación vi en mi vida personal había incurrido en más de una ocasión a una agresión sexual con consentimiento, el "amigo", el "amigo bondadoso y buena onda" había sido aceptado, sin siquiera generarme un impulso sexual. Lo único que recuerdo de ese momento es haber llorado post coito, de sentirme decepcionada porque me habían mentido, porque yo no sentía haber provocado la situación, pero había accedido. Y ahí llegué a la objetivación naturalizada, pasando cautelosamente entre mis análisis, inadvertida y sigilosa. 

Y así llegamos nuevamente, por medio de esa objetivación naturalizada, a la esquizofrenia afectiva, amigos que no lo son, amigos que sí son y no pueden expresar afecto porque el afecto es terreno del sexo patriarcal. Un terreno completamente dominado y enfermo. Hace un tiempo escribí "extraño que una taza de té sólo sea una taza de té, que lo dicho sea claro, que la relación sea íntima, que quien miras sea alguien abierto a ser conocido". Sin embargo, el patriarcado de adueñó de la claridad, de la cordura y transformó la manifestación de afecto como una forma de objetivar, usar y controlar el sexo. Y es aquí donde vemos el regocijo del separatismo, la simpleza de no ser objetivada, donde el afecto es claro, donde el código sólo tiene un mensaje. Pero ¿cómo vivimos fuera de la separación? 



No hay comentarios.: