martes, marzo 20, 2018

Locuras sobre el poder

Hoy llegué a pensar que el gran problema del cambio de valores sociales es que sabemos muy poco de todo lo que nos rodea y que nuestra ética puede ser cuestionada constantemente desde otro punto de vista, debido a que un planteamiento es producto de una relación histórica de poder, que no sólo consta en la dominación, sino que también elimina incertidumbres sociales por medio de la norma. ¿Y qué pasaría si reducir incertidumbres también significa aumentar privilegios? La situación es caótica y eso es precisamente lo que vivimos. Claro, lo que digo no es nuevo, todo aquel que ha trabajado en estudios del poder busca entender las normas y los límites de lo inteligible y lo que no lo es (frases dignas de Foucault). En ese sentido, el control de la norma no sólo debería verse como el control de subjetividades, sino que a su vez, el control de beneficios.

 Pero ¿qué sucede con el planteamiento de la ventana de Overton? En primera instancia se revisa la experiencia sobre un tema que está fuera de la norma, un tema clasificado previamente como un tabú o como una experiencia de incertidumbre. El dilema está en la dignificación y la posición de los grupos de poder, es decir, el establecimiento de la jerarquía. En ese sentido, vuelvo a la pregunta que me hice a los 18 años ¿según quién?, puesto que un planteamiento no es nada sin una posición de límites preconcebidos. En ese sentido, la lógica de exponer un tema fuera de la norma (anormal) y volverlo parte de una cultura, como lo plantea Overton, es sólo un sistema que funciona bajo un régimen jerárquico.

Cambiar un paradigma no siempre implica una aberración en las costumbres, sino que incluso permite el desarrollo de más herramientas, es decir, una apertura a las posibilidades de acción. Y es aquí donde se sitúa la rebeldía política, en un compendio de incertidumbres que busca el beneficio socializado, el cual es necesario explorar, pero siempre comprendiendo que existirá una masa social que se resista por una norma preestablecida. En ese sentido, la revolución es sacar de la anormalidad un beneficio o una utopía. Pero ¿cuál es la dirección de la utopía? ¿quiénes son los beneficiarios? ¿Deberíamos plantearnos la ruptura de la norma ante una comunidad imaginada que es la nación? ¿quiénes nos agrupan? ¿la ruptura deriva en la fragmentación social? ¿la fragmentación social interviene en la producción?

No sé... no sé... sólo encontré todos estos pensamientos tras prohibirme de tratar a mi adversario como un idiota.


1 comentario:

Unknown dijo...

¿Lo puedo compartir con otra persona?