viernes, diciembre 01, 2017

Germinar

Me poso en la oscuridad de la distancia buscando tu cuerpo, tu mirada que florece en la mañana junto a la mía, la frescura de tu piel en la brisa que se cuela por la ventana. Mis canas ennegrecen a cada minuto que siento este latido pueril, vivo, ¡vivo!, vivo como si todo fuese una nueva historia. Me pierdo en la tonalidad que gira en torno a tus pupilas, recuerdo y tiño la madera del color de tus ojos. ¡Oh, alma mía resplandeciente! enardece mi boca ante tu mueca sencilla y sensible, te toco y mi labios se vuelven ceniza, me entrego, me entrego, me entrego completamente quemada por esta locura sublime. Y la cama que fue sólo mía, ahora expele petricor de nuestra piel de tierra y los ríos de emociones. Allí nuestra semilla late para unirnos en un solo sueño. Te amo.

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