jueves, septiembre 22, 2016
La misma piedra
Después de una discusión todos somos arrogantes, es una forma de no sentirnos lastimados, es por ello que optamos distanciarnos de aquello que nos causa molestia, pero en ningún caso esta reacción exige aprendizaje. Después de una discusión no solemos ser empáticos, ni nos fijamos en el contenido de aquello que nos dicen, tan sólo construimos argumentos aparentemente sólidos que nos sostenga para no sentirnos subordinados a la razón de otros. Es un momento de esplendor de nuestro egoísmo, que después de haberse cocinado por un tiempo, la relación es decidida por una carga emocional. Cuando no hay nada, el tiempo pasa y borra todo; cuando hay algo, te tropiezas con la misma piedra.
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