Antes ese sentimiento era como una perforación en mi pecho...algo parecía que estaba mal... muy mal. Pero ahora ya no lo siento, no siento el dolor de la soledad. Ahora quiero historias hechas de mis acciones. Quiero poemas de actos, tránsitos, paisajes, personas que no se detienen. Quiero hablar de política, finanzas, medicina, cosas que me lleven a estar más allá de donde estoy. No quiero detenerme en el inconsolable de una mujer que desea su soledad y amor propio, no quiero abandonar esa sensación líquida que va por mis venas, ni los tambores y el yeso que tapó imperfecciones. Quiero canciones de independencia y de ser férrea ante la vida. No quiero inconsolables determinados de los otros...
Pero nuevamente siento que algo anda mal... muy mal. No dentro de mí... quizá... quizá no sea tan diferente a otras mujeres, suelo ser chabacana y a veces superflua. Pero sentir que la elección a ti se basa en sólo deseos, sólo camas desordenadas, sólo egoísmos disfrazados de interés. Algo anda mal en mi comunicación, que prefiero hablar nimiedades y guardar silencio. Hay algo que no he dicho y las alarmas me dejan sorda, pero no sé que es, no sé por qué... no duele, no molesta, pero algo anda mal estando tan feliz. Hay algo de estar tan feliz sola que...
que sigo estando sola de una forma muy distinta. No puedo necesitarme a mí misma todo el tiempo.
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