lunes, marzo 16, 2015

La muerte del ego

Es la remembranza de los caídos, la necrópolis de los amantes que nunca tuvieron nombre en su lápida, más que el tiempo y las lloronas que venían a dejar flores cuando una canción pudo sonar. Mis muertos fueron actos y el ciclo de la vida, mientras que el corazón se marchaba a trabajar para seguir contento. La ambición del corazón de encontrar un amor más grande, uno escondido en los recovecos del recuerdo o en las posibilidades de mañana. Gira, vuelve a a girar la suerte, nadie sin poder garantizar sólo un par de certezas y negaciones. Deja el tiempo girar, deja que te muestre, aprende de la angustia, aprieta tus muelas hasta que duelan cada mañana, y que no estar segura hoy no te dice que estarás segura mañana. Nada, nada puede decirlo realmente. 
Tu te fuiste con una certeza...y el tiempo cambió, la reencarnación de la vida en los besos de otra historia. Que en tu otra vida seas feliz. 

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