Nos encontramos nuevamente para derramar nuestras copas sobre el mantel de la historia, más aquello que fue "triunfo" una vez y finalizó con amargura, la cual hoy nos paga el trago para poder reunirnos. Hemos llegado a beber de los cáliz de la feminidad y hasta de sus lágrimas... hasta del barro de las botas succionaremos para calmar la sed. Porque mis amigos y yo comimos del "¿qué nos queda?", del optimismo errante, de la desilusión constante, de los años transitando como si no lo viéramos.
Y aquí en este preciso momento, golpeando el vaso contra la mesa, vamos a dejar nuestra huella, vamos a mear todo lo que no fue nuestro, porque vamos a empezar a soñar de nuevo, pero no con las cosas que entorpecieron nuestro camino... NO, no hablaremos de amantes, ni de libertad, ni pasión, ni deseos... marcaremos esa "nada" que nos pertenece y empezaremos a ganar, por no tener libertad queremos tener no-esclavitud, tener no-desamor, y así...Porque somos los derrotados, que si soñamos en grande nunca tendremos para nosotros la mínima satisfacción. Empecemos por quitarnos la mano dominante de la nuca para pasarle la lengua al gozo del futuro.
Porque de una vez por todas tenemos que aprender a soñar...
1 comentario:
Vente a Santiago mejor.
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