lunes, mayo 21, 2012

Caballos en el cielo: Apocalipsis

Aquel día cuando eramos solamente cuatro personas en calma, la gente corría a esconderse en almacenes, sus propias casas o donde fuese prudente cuidar su pellejo. Nosotros mirábamos el cielo oscuro, y veíamos que entre sus nubes se formaban unas sombras de caballos y carrozas las cuales se movían como si estuvieran observando todos nuestros actos, preparados para descender. Mi amiga me tomó de la mano y corrimos a un lugar que aún no bajaban sus rejas, entramos y nos escondimos bajo un escritorio. De pronto sentimos un golpe fuerte en suelo y nuestra alma silenciada, como si no hubiese sido necesario llevar nuestros cuerpos. Aquel día fuimos cuerpos regados a lo largo de toda la ciudad.

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