Realmente había sucedido, se lo dije sin escrúpulo y con convicción, nuestra relación había terminado. No supe como afrontar la situación, así que empuje un cigarro a la boca para ver si lograba silenciar la conciencia. Trató de darme un abrazo y lo evité, sin embargo alcanzó a darle un beso a mi mejilla que trataba de huir. No supe que hacer después de eso, lo correcto o lo más seguro, debía salir corriendo de ese lugar. Me dijo: yo siempre te voy a amar. Le creí, porque yo también lo iba a hacer, pero su trato me estaba matando.
Hablan como si la familia no fuese desechable, he llegado a tal punto que si es posible y completamente doloroso y complicado, fuera de las costumbres de cualquier persona, así que tratas de mirar hacia los lados para ver que hacen esas personas que se separan de sus padres. No fue una despedida, ni un cambio de casa, no una inevitable emancipación, sino, no quiero tratar de tener ninguna relación, no quiero intentar nada más para que seas mejor madre, no quiero contarte mis cosas, no quiero hablarte por mas de lo que le puedo hablar a cualquier persona, no te llamaré para saber si estas bien, ni menos te llamaré si enfermo. Ahora no te tengo, como siempre ha sido. No todos los hijos aprenden a caminar mientras que del otro lado te esperan unos brazos... yo solo corro hasta esperar agarrarme de una pared. ¿Adiós? Puta que cuesta esta wea.
3 comentarios:
La realidad a veces nos encuentra sin que podamos escondernos, y sí, las cosas suceden, aunque intentemos huir de ellas, aunque en ese momento pensemos que todo es ilusorio. Finalmente, acabamos sucumbiendo ante esa dichosa realidad.
no son las cosas que suceden solamente, ni la realidad que te atrapa. Sino es la tolerancia y el deshecho de las relaciones basados en las costumbres, tomar decisiones sin tener guías, ni practicas. Cuesta tomar decisiones sin ejemplos.
ah y gracias por seguir leyendo este blog :) me alegra bastante
Publicar un comentario