Ser nimio es ser casi transparente, como aquella persona sentada en el paseo peatonal, como el viento que se filtra por sus costados, como el viento atrapado por su nariz, como la gente esquivandola. No recuerdo ninguna cara que he esquivado en el camino, y en mi mente cabe ese pesar y digo: pobre insignificante, que dentro de la memoria de alguien más futil como yo, ni si quiera cabe su recuerdo. Y somos tantos insignificantes, tantos desmayados sobre la acera, agonisando para ser visto en la multitud, como aquella hormiga que escapa del dedo humano,pidiendo misericordia. Y así nos apunta la vida, como un lanzallama frente a nosotros, que hace que el panico colectivo te atropelle día a día. Y si la mala suerte cayera del cielo no le importaria quien es el infausto, porque de lejos somos todos iguales.
Que importa tu familia
que importa tu trabajo
que importa lo dificil que fue tu vida
Al final terminamos mojados por la gran gota que cae del cielo
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