sábado, enero 05, 2019

EL SUBORDINADO IRRACIONAL

Una de las armas más potentes del patriarcado es encasillar la protesta y descontento de la mujer como un acto irracional (la regla, las hormonas, su instinto animal, etc), de manera que todo intento de defensa se transforma en su debilidad. Este escenario se repite en otras formas políticas de represión, como es el dirigido a las clases trabajadoras rebeldes, ya que se apela a su vez a la falta de educación, ignorancia, flojera, falta de méritos, etcétera, por ello, no es casual que se apele a "lo quieren todo gratis". Aparte de esto, contamos con una teoría que no es de acceso a la totalidad de la población por lo elitizado de su lenguaje, lo que permite posicionar un discurso en la sociedad sobre la irracionalidad. Es así como uno de los numerosos intentos para difundir el discurso de irracionalidad es la instalación del concepto de "terrorismo" y la manera que se propaga en los medios de comunicación sus leitmotiv. No olvidemos el peso de esa institución hegemónica. El leitmotiv es vacío, es especulado, no debe significar nada para nadie, por ello se refuerza socialmente. Por esto, lo que ocurrió ayer no es para convencer a los dudosos, esto es para robustecer al dominante y su discurso, porque ahora el ecologista es mirado como un irracional. Y ojalá nos quedáramos sólo con eso, porque mientra que los pacos lavan su imagen, aparece el "ecoterrorismo" y los ecologistas "se suicidan". A algunos que les suene el blindaje ya se dará cuenta. En este momento temo del terror que ha implementado el Estado mediante su estrategia de irracionalidad sobre su objeto de represión, porque la bomba puesta ayer en la calle se encuentra en una zona estratégica de Santiago, cercano a distintas sedes universitarias y donde por curiosidad hay gente que vende hamburguesas de soya.

Entonces, ¿qué puedo concluir de todo esto?, lo primero es dar cuenta de lo peligroso que es para nosotros mismos la elitización de nuestras protestas, su complejidad de lectura en la población y la separación entre los que entienden y no. Nuestra misma sociedad es la principal arma de subordinación, es cómo nos miramos a nosotros mismos, es mirarnos todos como weones pobres e ignorantes. Estamos en un periodo donde debemos ser más claros que nunca sobre nuestras estrategias, por ello tenemos una deuda grande para aclarar cómo y cuándo ocurre la represión, y cómo hemos estado siempre divididos por género y clase. Debemos trabajar en la "desirracionalización" de lo que somos, lo que siempre hemos sido y lo que siempre seremos; debemos trabajar en la cautela a la vez que trabajamos en la autodefensa y la defensa colectiva. ¿Acaso no recordamos por qué era necesario desentrañar la "utopía" en la teoría socialista? Porque la utopía era un lugar inhabitado, comprendido como imposible. Sólo recuerdo una experiencia particular cuando discutí con mi jefa y ella me dijo que yo era una soñadora por querer transformar la sociedad. Nosotros no cambiamos a la sociedad, nosotros somos la sociedad que debe cambiarse a sí misma en primera instancia. Lo personal es político y es el primer principio donde se pierde la noción de utopía, porque el "no lugar" es contrastado con el ahora posible. Tu acto es tu primera propaganda, luego de ello se trabaja en la sociedad.

Por otro lado, la defensa debe entenderse discursivamente, eso quiere decir que debe entenderse la razón de defensa y contar con testigos de defensa. Uno de los movimientos más fuertes de la ola feminista fue la sororidad, ya que sólo a través de la comprensión de muchas mujeres los testimonios tuvieron testigos y respaldo, razón y perspectiva. Más allá de esto, la reiteración de la defensa se transforma en un imperativo y constructor de sentido, es decir, se vuelve una razón. ¿Por qué?, porque la relación entre dos personas que experimentan entre ellas y con otras la misma experiencia se transforma en un conocimiento adoptado y posteriormente en una razón. Necesitamos defensas colectivas y ello significa unión social y de criterios.

Bueno, eso es lo que pienso.

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