donde van las letras,
los papeles,
y la comunicación,
en el bolsillo delantero del paletó.
Algunos soñamos tan grande que olvidamos que la vida no se desarrolla en nuestra cabeza, sino en ese papel arrugado del pecho, que ha sido reescrito tantas veces.
Mi sueño... es un muro con una pintura desteñida,
el deseo de no dañar a los que han dado, quiero saber en esas cartas del destino si alguna vez decidiré, para tener la esperanza, para tomar el primer paso.
Miedo de saber, de darme cuenta que ahora soy una inútil mujer estéril que abandonará su vida...
si supieras que cada momento de estos guardo la lagrima en un pocillo y la llevo a un surco,
que ahora parece un mar.
Como un bautizo,
me retiraré con la frente mojada,
para meterme en tu reino de olvidos,
para abrir la boca y exhalar palabras,
Para decir hola cuando la tierra sea lanzada en el caoba.
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