Si de una decisión constara, mi voluntad no sería la misma, pues de mi vida he hecho una trinchera de acciones injustificadas y del tiempo que he demorado, mi vida sigue siendo la misma. Para una decisión importante, he silenciado los años y mi lógica, porque no hay decisión importante, ni ideología que justifique una vida.
Pues mi sobrevivencia se ha basado más que nada en una absurda búsqueda de constantes, de presentes y ausentes de tiempo. Para saber si te amo, necesitaría una vida entera para decidirlo, para bajar mi cabeza a mis manos y decir: cuanto tiempo he gastado en ti y me dejaste.
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