jueves, junio 16, 2016

Una carta no enviada a mi madre

Hola mamá:
Quisiera partir recordando una frase para que entiendas lo que siempre he tratado de decirte: La miseria religiosa es, al mismo tiempo, la expresión de la miseria real y la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura atormentada, el alma de un mundo desalmado, y también es el espíritu de situaciones carentes de espíritu. La religión es el opio del pueblo.
 Sí, esta famosa frase "la religión es el opio del pueblo" es el del conocido Karl Marx, refiriéndose a la miseria humana de la inanición, la falta de atención a la realidad, y la salida burda que tienen las personas cuando su malestar se transforma en una súplica a un ente que no responde. La gente siente dolor, y este dolor tiene nombre y apellido, tiene causas y fundamentos, tiene respuestas y acciones, pero malgastamos nuestra vida esperando que se nos concedan deseos, como si estuvieramos dormidos gran parte del tiempo. La religión que tenemos es la mantención de nuestra inconciencia e ignorancia, es la pereza de alimentarnos a nosotros mismos, es la dependencia al abuso, y la falta de amor a nuestros hermanos.
Sí, este mismo sujeto nos dio a entender que "el socialismo es amor", es el conocimiento subjetivo de cada uno, es la organización y participación con consciencia de los seres humanos en la sociedad, es la utopía que necesitamos para vivir: el amor al prójimo. Se que tu iglesia lo dice, pero no podemos rezar por ella, no podemos dejarnos engañar por su modo, debemos trabajar, debemos caminar y hacer que este mundo se ame y conozca, debemos enseñar... debemos hacernos cargo de nuestra vida! Eso, eso es lo que siempre he querido decirte... no me importa que trabajes sin salario, sino que trabaja para cambiar la sociedad y amar... pero trabaja, tu libertad está en el trabajo cuando tienes la concicencia de lo que significa.
No madre, no soy católica ni cristiana, soy amor y soy pueblo; soy libertad, conciencia y trabajo. Y el dolor de mi alma es el motivo de amor más grande que me tengo... aquí, en el dolor de mi alma comienzo mi revolución.