Estar triste expele a la gente. He sentido este tiempo que ahora sonrío y lloro humo evitando en todo momento destruir lo poco que he construido hasta hoy, porque tengo miedo de perder si de mi sale una risa fatigada. Ayer pensaba en el sentido de la depresión, en la rebeldía individual del suicidio, y por un segundo creí que era la protesta más clara de la vida en sociedad, esos eran mis valientes soldados autoinmolados. Ya ni entiendo por qué pensaba en ello...
De pronto, pensaba en una nota imaginaria que dijera "Tu no tienes la culpa de nada, pero lamentablemente no eres toda la sociedad, y ellos sí la tuvieron".
¿Te conté que le regalé un termo de comida para que ella se lo llevara al trabajo? y a los minutos me dijeron que llevaba más de un mes sin ir a trabajar... Siempre encuentra la forma de hacerme pedazos por dentro.
Prendo el cigarro... ¡ay utopía!